Madrugá almeriense con el Santo Cristo de la Escucha

Un año más, la Hermandad del Santo Cristo de la Escucha volvió a reunir la devoción en la madrugada del Viernes Santo en torno al Cristo que realizara el insigne escultor almeriense Jesús de Perceval.

A las cinco en punto de la madrugada, el Cristo de la Escucha, portado por sus devotos horquilleros, se hacía presente en una Plaza de la Catedral llena de almerienses y con una peculiaridad, devotos de todas las edades. 

Con la primera Estación -de las quince de las que se compone el Santo Vía-Crucis y que fue realizada por el deán de la Catedral, Juan Torrecillas-, se inició la procesión donde se volvió a poner de manifiesto la gran devoción en torno a una de las imágenes más arraigadas e históricas de la ciudad. Una devoción que se pierde en la historia de Almería. 

Para facilitar que los numerosos asistentes pudieran escuchar con total nitidez las palabras de las distintas lecturas de los Evangelios, así como las reflexiones, los integrantes de la Hermandad catedralicia transportaron en carritos por todo el vía-crucis distintos altavoces. 

El cortejo discurrió por las estrechas calles del casco histórico antes de llegar a la Carrera Oficial del Paseo de Almería, donde las gradas, en esta ocasión, se encontraban vacías. Y es que un año más se volvió a poner de manifiesto que el santo y seña de esta procesión es la participación penitencial tras el Cristo. En la mente de muchos de los participantes se rememoró la figura del que durante muchísimos años ha sido su impulsor, el canónigo archivero de la Catedral de la Encarnación, Don Juan López Martín.