El día amaneció con sol después de una noche de muchísimo viento, por lo que parecía que no habría viento en la Clásica Ciclista de Almería, pero todo fue un espejismo. Había que prepararse para la carrera más dura de la historia desde su nacimiento, hace ya 28 años.
El viento estuvo a punto de suspender la carrera de todos los almerienses, pero la organización decidió parar el pelotón en La Mojonera y poner rumbo a Roquetas de Mar para que los ciclistas hicieran el circuito urbano en la Villa roquetera.
No fue una Clásica Ciclista fácil, en ningún sentido. Lo normal es que los ciclistas hubieran echado el pie a tierra y se marcharan a los hoteles, pero el pelotón se mostró muy solidario y quiso hacer el recorrido en la localidad roquetera.
Reuniones
La previa de la XXIX Clásica Ciclista de Almería fue un manojo de nervios porque la celebración de la carrera estuvo en el aire. El viento era el gran protagonista en la salida en la Avenida Federico García Lorca y las previsiones metereológicas apuntaban que el viento iría a más en la zona del Poniente almeriense.
Hubo dos reuniones: una en la Rambla y otra en una cafetería muy cercana a la línea de salida en la que el director de la carrera, José Manuel Muñoz, y los jueces decidieron celebrar la Clásica, pero la decisión no fue nada fácil.
Hubo momentos en los que la carrera parecía que iba a suspenderse, pero se tomó la decisión final de salir con la posibilidad de parar el pelotón en mitad del recorrido, fuera donde fuera. También se barajó la opción de no salir desde la capital y que la caravana de la Clásica se fuera a Roquetas de Mar para hacer el circuito cerrado, pero se tomó la decisión de salir.
La organización primero informó que los primeros 15 kilómetros serían neutralizados y posteriormente los equipos informaban en sus cuentas de Twitter que habría 170 kilómetros neutralizados para disputar la carrera en el circuito de Roquetas.
El Cañarete
Los 157 ciclistas de la Clásica Ciclista de Almería salieron desde la Rambla y el kilómetro 0 se eliminó en el inicio del Cañarete. Los aficionados disfrutaron de los mejores ciclistas a nivel nacional e internacional en la salida desde la capital. Alejandro Valverde, del equipo Movistar, comentó en el Carrusel Deportivo de la Cadena SER que “al final saldremos, pero habrá que tener mucho cuidado porque el viento no para y cada vez va a más”.
Pie en tierra
El pelotón llegó a Aguadulce, pasó por Roquetas de Mar, pero cuando llegó a La Mojonera tuvo que detenerse porque era imposible mantener el equilibrio. Eran las 13:30 horas y la carrera se paró. La organización decidió que la caravana ciclista fuera a Roquetas y allí decidir si había si se hacía el circuito. Hubo circuito urbano, muchísimas caídas por el fuerte viento, el pelotón se rompió en trocitos. Leigh Howard, del IAM, fue el más rápido.
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