Almería se levanta triste. Ha muerto una buena persona y uno de los padres de nuestro deporte. Cuando el fútbol sala, el baloncesto y el balonmano reinaban en Almería dos locos y otros más que no aparecían en la foto la liaron.
Pedro Segura Madrid lo hizo todo al otro lado de la pista desde árbitro a organizador de eventos y colaborador directo con los clubes. No tenía hora de pabellón pero en los patios de los colegios de Almería se iban montando una redes en los campos de tenis y se pintaban pistas de voleibol.
Se hizo presidente de la Federación y Moisés Ruiz metía a sus niños del Estudiantes en el Cajalmería para disparar el deporte que tanto amaba Pedro.
Era el amigo de todos los deportistas y le querían por igual los del balonmano y los del baloncesto. En su despacho de la calle Navarro Rodrígo con máquina de escribir y una calculadora buscaba pistas para unas ligas de base que afloraban.
Con su mandato federativo contempló la explosión del voleibol sin aparecer en la foto y siempre desde un plano discreto como a Pedro tanto le gustaba.
Almería tuvo un equipo en la élite, llegaron las finales de la Copa del Rey de chicas y aquellos mundiales de voley playa ideados por un Moisés Ruiz inagotable.
No le recuerdo enfadado y hasta pasadas las doce de la noche aguantaba el tirón del voleibol en esos partidos que empezaban siempre detrás del último equipo de pista.
El voleibol que hoy tenemos se debe al esfuerzo de hombres como Pedro Segura que siempre iba de la mano del árbitro Barceló, otra bella persona, animando a los más jóvenes a jugar al voleibol.
La rotación titular del voleibol almeriense pierde a su mejor líbero
la misa por Pedro Segura es este jueves, 17 de marzo a las 20 horas en la Parroquia del Espíritu Santo en la Calle Tirso de Molina.
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