Gabriel Amat clausura 30 años del gran evento

El alcalde de Roquetas estaba feliz porque: “un año más lo hemos conseguido juntos”

Gabriel Amat le habló feliz a los deportistas.
Gabriel Amat le habló feliz a los deportistas.
Tony Fernández
14:24 • 16 ago. 2016

El deporte es un orgullo para los roqueteros. Los viven desde la cuna como ha quedado demostrado con la puesta en marcha de la carrera de gateos. No es fácil poner en escena 100 Horas de Deporte, pero con el paso de los años llegado el mes de agosto (desde aquella Feria de 1986 en la que cantaba Isabel Pantoja) todo ha ido sobre ruedas. Amat habló poco del pasado de este evento que define a los roqueteros y mucho de lo que está por venir. Pidió seguir en la misma línea y no bajar la guardia “en educación que también llega por el deporte, estamos convencidos de ello”. Cercano y cariñoso con sus deportistas no lo duda “vamos por el buen camino pero no podemos parar máquinas”.
Como roquetero: “estoy feliz de ver todo lo que se crea con este evento y os quiero dar las gracias a todos”.




Noche de estrellas




No sabemos si en Río se han dado tan tas medallas, pero Amat se acordaba de “Carmen Martín, la roquetera que está en Brasil”. Estuvo cercano al deportista en su gran noche. Los deportistas recibieron sus elogios y Roquetas “volverá a seguir invirtiendo en deporte. La sociedad roquetera lo lleva en su ADN”.




Segunda plano




El hombre sobre el que ha recaído en los últimos 21 años la responsabilidad del evento estaba allí, feliz, pero en un segundo plano. Detrás de su alcalde y a la cabeza de todos los roqueteros. Cada año llega a la clausura agotado y dispuesto a repetir el siguiente. Rubí, no lo duda “las próximas tienen que ser mejores porque así me lo ha pedido mi alcalde”, y todo lo demás son hechos y pocas palabras porque las 100 Horas: “tienen que ser un motivo de orgullo para el municipio y todos los que nos visitan”.




Tomando nota




Si hubo fallos pueden estar tranquilos que los lleva apuntados y ante el elogio “compromiso para no defraudar y subir el listón”. Así es Rubí, aquel roquetero que vivía emocionado las primeras 72 Horas, 30 años después es el padre de una actividad que vuelve a batir todos los récords. Misión cumplida.





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