¿Presión?

Igual lo que necesitamos es notar la presión. Vivir al borde del abismo. Necesitar de 4 jornadas para salvar una Liga. De no llegar a fin de mes. De tener una afición de uñas. De contar con un presidente chino o japonés. Darle caña al equipo. Todo lo que aquí no pasa.

Con todo lo que llevamos en el cuerpo solo faltaba jugar con presión. Debe ser esa presión con la que se ha visto al equipo en las primeras jornadas de esta y de la pasada Liga. Menudos comienzos.

Decía Soriano cuando el equipo no arrancaba la pasada temporada que “todo lo que se ha generado con el ascenso a Primera nos genera presión”, vale, pero este año solo nos han vendido la pasión de mi LocUDA.

Aquí en Almería no existe presión. Aquí se vive de cine y se cobra mejor. Tenemos una afición cariñosa y un presidente que es español y cumplidor.

¿Dónde está la presión? cuando ganar un partido en esta ciudad es para tirar cohetes. Los aficionados son cariñosos y los futbolistas elevados a los cielos desde que firman su contrato.

Ni presión ni gaitas. Esta temporada todos esperábamos con los brazos abiertos al Almería de la mitad de la tabla a base de compromiso. Ganar los partidos de casa. Dar buena imagen. Estar contentos equipo y afición. Lo de ayer es un ejemplo.

Pero no existe la presión de otros escenarios. La gente lo perdona todo. El club cumple con rigor. Tienen margen los entrenadores. Se trabaja en las mejores condiciones. Todo se perdona.

Lo dijo un asturiano de Avilés, Esteban Andrés: “la afición de Almería es maravillosa, baja el equipo a Segunda y se queda aplaudiendo a sus jugadores en el campo. Esto no pasa en otros lugares”. Tiene razón porque lo que no pase en Almería...

Tan felices nos levantamos hoy con el equipo fuera del descenso. Basta con ganar en casa y arañar algo fuera para vivir tranquilos y sin presión.

Al jamón le llamamos presión.

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