Alfonso el cariñoso

El presidente del Almería empezó bien pero dio un paso atrás. Cuando a su equipo el UCAM le pintó la cara en La Condomina no se mordió la lengua y dijo aquello de “se notaba que ellos tenían hambre” y añadía que “iban a muerte”.

Luego unas jornadas después bajó al vestuario para darle cariño a sus jugadores. Y parece que len entendieron los profesionales. Eso parece.

Tengo claro que el hambre gana partidos y aquí tenemos el frigorífico lleno de alimentos. Aquí todo el mundo paga el alquiler antes del día 5 y cobra religiosamente: como debe de ser.

Hambre no pasa nadie y ser jugador en esta tierra es un chollo por todo lo que ofrece al profesional. Almería no es Miranda  de Ebro donde el jugador lo es las 24 horas. Se impregna con los abonados. Vive el día a día.

De Almería a Málaga, Murcia o Granada, hay un paso para aislarte del mundo en tu día libre y si te quedas en la ciudad o te das una vuelta por la provincia si te paran por la calle te dan cariño. Somos así.

Ser jugador del Almería es un chollo que curiosamente valoran cuando se van la mayoría de futbolistas. Muchos rojiblancos de Primera tienen casa en esta ciudad y vuelven cada vez que pueden. Emery el primero.

Alfonso García puso el dedo en la llaga pero lo quitó a tiempo para no molestar a nadie. Sabe el presidente que con los profesionales uno no sabe como acertar y se peca por exceso de cariño como por exceso de crítica.

Lo único claro a día de hoy es que el equipo va un poquito mejor que la pasada temporada con 15 jugadores que repiten curso. Y los que han llegado se han adaptado en un plis plas.

Aquí el bueno se hace malo y el malo se hace peor, hablo de rendimientos, porque de hambre que les hable el presidente como lo hizo en Murcia.

Hay que darle cariño a los muchachos.

No podrán tener queja de su presidente.

Si nos quieres seguir en Facebook solo tienes que buscar en La Voz de Almería Deportes

Si nos quieres seguir en Twitter estamos en @LaVozDeporteAlm