Esto nada tiene que ver con Soriano. Como esos entrenadores que van a la sala de prensa con cara de escocidos y que a la primera pregunta van y te perdonan la vida. Literalmente.
Muchos ya ni atienden a las televisiones en las previas pese al dineral que pagan a los clubes. Es como si ellos llevaran el peso de nuestras vidas sobre sus hombros.
Se van copiando, calcando unos de otros a ver quien suelta la frase más gorda y con la sana intención de contestar siempre a los medios afines y nunca al que piensa diferente.
No entiendo cómo una persona puede cambiar tanto por ser entrenador de fútbol. No sé el motivo por ir siempre con mala cara se gane, se empate o se pierda.
No hay una profesión como la de entrenador, que si firmas tres años los cobras aunque trabajes una semana, ¿mala cara? vamos a atender mejor a la prensa que están para llevar a la afición lo que pasa en los clubes.
Tan importante es acertar en una alineación como una buena pregunta que se hacen los que pagan: los aficionados.
Uno pone la tele y ve a Luis Enrique, Gaizka Garitano... y no sabe el motivo de esa distancia entre dos gremios profesionales: técnicos y periodistas.
Llegará el día que habrá que pedirle perdón a un entrenador por hacerle una pregunta o darle vaselina para que no se enfade. Vaya tela con los entrenadores.
No les entiendo y al paso que vamos ni pagando las televisiones salen a hablar. Es tanto lo que saben que igual no les entendemos. Son los inventores del nuevo siglo.
Deberían pensar que hay muchos aficionados que esperan sus palabras para entender una situación y miles de niños que les aguardan con una sonrisa y no con una cara de palo que tira ‘patrás’.
“Qué cara más bonita tiene esta niña” como dicen las sevillanas.
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