Ayer nos dejaba para siempre y sin avisar el eterno conserje del pabellón de Huércal. El hombre que abría y cerraba la puerta dela ilusión a miles de niños que iban cada día al recinto huercaleño a hacer deporte con la ilusión de triunfar en las distintas modalidades deportivas que cada jornada se celebran en el recinto.
Paco Navarro te abría la puerta, te recibía y te despedía siempre atareado poniendo porterías y subiendo las redes de voleibol o colocando la pista para el taekwondo.
Imprescindible
Un hombre sencillo y trabajador al que la falta de un brazo nunca le impidió desempeñar su labor con eficacia y con enorme cariño hacia unos niños a los que cuidaba como suyos. Siempre me hablaron bien de él Juan Lozano, Rafa Góngora, Carlos Miralles y hasta Sergio Domínguez cuando montaba su entrega de premios en el corazón de la pista.
No hacía falta conocerlo en persona para tenerle afecto y las madres de los deportistas pueden dar fe de todo lo que aportaba en cada tarde cuando los niños de Huércal quedaban bajo el techo de un pabellón que cuidaba como suyo. El conserje del pabellón de Huércal se ha marchado sin decir adiós y dejando un reguero de cariño en cada uno de los deportistas que entrenaban y competían en ‘su pabellón’: lo cuidaba como algo propio.
Hasta las fotos
He sido testigo en la pasada primavera de la clausura del taekwondo cuando Juan Ibáñez y sus deportistas nos regalaron una mañana inolvidable de deporte con Paco Navarro a los mandos haciendo hasta la foto de familia. Los niños siempre a su lado y sus padres encantados con el trato del conserje siempre tan servicial.
Luego coincidimos en la piscina de Huércal con nuestras familias. Allí estaba comiendo bocadillos al calor de julio y en una piscina que también la consideraba como suya porque Paco Navarro era fundamental en el deporte de esta villa.
El pasado martes mis nietos se quedaron sin hacer deporte. Mi hija casi llega tarde al trabajo. Nadie abría el pabellón porque Paco Navarro estaba abriendo las puertas del Cielo desde donde ahora va a cuidar de todos los niños huercaleños.
Como tantas veces las malas noticias me pillan comiendo y eran las cuatro y media de la tarde cuando mi hija Copy me daba la triste noticia de la muerte de 'Paco el conserje' como todo el mundo le conocía. Como siempre va a ser recordado por sus vecinos. un huercaleño que ha dejado una profunda huella.
No habrá otro
Huércal no va a encontrar un recambio para el maestro Paco. Su amigo Juan Ibáñez le tendrá que dar muchas vueltas a la cabeza para conseguir que se mantenga el listón que tan alto puso Paco Navarro.
Me quedo con la gana de haberlo conocido y haberle agradecido todo lo que hace por nuestro deporte, ya que no solo atendia bien a los de casa. Los equipos que llegaban a Huércal eran tratados como correspondía.
Juan Ibáñez seguirá con su deporte y los niños volverán a disfrutar del pabellón de Huércal, pero siempre llevaremos en nuestro corazón a ‘Paco el Conserje’, un hombre serio, correcto, profesional: y por encima de todo muy servicial. Así en la tierra como en el Cielo.