Nunca esta temporada se había tenido que afrontar una semana tan ‘peculiar’ y es algo que se ha realizado sin paños calientes y con propósito de enmienda firme en todos los agentes que forman Unicaja Almería. Manolo Berenguel se pone delante y desvela las ganas de que llegue el sábado: “Yo, por supuesto, pero también los jugadores, estoy convencido de que estamos con muchas ganas de ponernos en ‘situación de competición’ para comprobar si eso fue algo puntual o pasa a ser un problema”. No da el asunto por zanjado, por tanto: “Hasta que no se sepa cómo se va a competir, la duda estará ahí, y qué mejor sitio, porque al final hay que hacerlo a lo grande, que en el escenario de la Copa ante un posible rival para la Copa”.
El principal factor a medir es “sobre todo el estado de ánimo de los jugadores y ver cómo salen de este varapalo”. Y es que “efectivamente llevamos dos semanas en las que no hemos sabido afrontar la competición, porque el trabajo diario es un trabajo diario bueno, pero con Teruel se perdió de ‘malas formas’, por decirlo de algún modo, y este fin de semana es en el que se encienden las alarmas, porque sin menospreciar al rival, que hizo el partido de su vida, se cae ante un equipo que viene sin el opuesto, sin el ‘cuatro’ y con un central jugando de opuesto, y tengo claro que ceder contra un equipo estructurado de ese modo merece que, sin duda, las alarmas salten”. Lo que ha seguido, le gusta, pero hay que confirmarlo.
A su juicio, si tenía que pasar, mejor ahora: “La Copa la tenemos a la vuelta de la esquina y está clarísimo que es prefiero el toque de atención en este momento y no una semana antes de los play off, por ejemplo, y no quiero hablar demasiado de qué puede pasar o no, pero es cierto que el equipo estos días de esta semana tan dura anímicamente ha hablado, se pone a entrenar y es espectacular por parte de algunos, y si lo hubiesen puesto todo eso en el campo, estoy seguro de que se habría ganado tranquilamente por 3-0”. Berenguel insiste en que, en todo caso, se deben “retomar las buenas sensaciones en competición y no podemos hacer otra cosa”, argumenta, para añadir que “se está entrenando bien”.
Es más, “a los jugadores les ha fastidiado la forma en la que se perdió y ya están tomando cartas en el asunto, dándose cuenta de que hay que dar algo más para que esto no vuelva a suceder”. Reconociendo que siempre quiere ganar, la derrota ha provocado la misma preocupación que una victoria con insatisfacción: “Para mí el toque de atención hubiese sido igual con un 3-0; yo podría haberme preocupado igual que ahora, porque lo mismo que hay formas y formas de perder, también las hay de ganar que no agradan al entrenador”. Es cierto que se perdió y “te pones a trabajar más la parte anímica, sabiendo que no es un problema del día a día”. Por eso es importante este fin de semana retomar el buen camino que llevábamos”.
Toca un Melilla que será diferente al de la primera vuelta y incluso distinto al de la semifinal de la Copa del Rey, si se clasificase: “Está fuerte, con jugadores que empezaron al principio de temporada en una posición en la que ahora van mucho mejor, que es consciente de que tiene ‘su Copa’ a la vuelta de la esquina, en su propia casa, en donde compite muy bien, y que este fin de semana seguro que va a salir contra nosotros, imagínate… una posible semifinal ante un Unicaja que está mermado… si nos puede hacer mucho daño y dejarnos más tocados, que nadie dude de que lo va a hacer, sin duda, y tiene armas suficientes para hacernos daño a nosotros y a cualquiera”. Se ha trabajado para contrarrestarlas.
El técnico ahorrador, previo al desplazamiento a la ciudad autónoma, recurre las veces que sea oportuno a que “hay que demostrarlo en el campo todo lo dicho en la semana, porque al final las palabras se las lleva el viento y quiero verlo en el partido”, subraya: “Los jugadores han estado hablando entre ellos, nosotros nos hemos reunido, sabemos el camino que hay que seguir, pero donde se habla es en el campo; en el día a día y lo están haciendo como hasta ahora e incluso mejor todavía porque nos hemos dado cuenta de que no iba a ser suficiente, y cada día más, y cada día más… lo están demostrando esta semana y hay que llevarlo a la pista”. Unicaja deberá cumplir con las expectativas de salir muy enchufado.
Sobre ‘guardar’ o no algo de cara a la Copa, “si hay equipos que están muy bien rodados y conjuntados, todo el mundo lo hace, pero los que los que todavía están ajustando cosas y ensamblando no pueden hacerlo”. En el caso de Unicaja, “no es un momento de pruebas sino de ajustar”, pero Melilla, ya en situación de disputar ‘su torneo’, “tendrá mucho aliciente, con los jugadores más enchufados y todas las armas cuentan, pero tiene un hueso duro de roer en UBE L’Illa Grau y quizá toda la presión de ser anfitrión”. Lo que se ha mostrado encantado de no sostener es el papel de favorito: “Puede pasar de todo, favorito ganar, favorito perder, no favorito ganar y no favorito perder, y está muy claro que nadie regala nada y que se gana compitiendo y dejándose el alma en el campo, no hay más, es lo único que me ha dado éxitos toda la vida; no me gusta ir con el cartel de favorito y de hecho no lo tenemos porque los últimos cuatro títulos de España los ha ganado Teruel, que sí que tiene ‘la obligación’ de seguir por esa senda, sin que se me malinterprete”.
Como epílogo a sus palabras, Berenguel deja una mensaje: “Habrá gente que se ponga a pensar que nosotros, en la situación que estamos a nivel de competición, llegaremos a las semifinales y no ganaremos, lo que a mí ni se me pasa por la
cabeza, pero quiero dejar claro algo que todo el mundo debería saber, que al ser humano lo que nos mate son los miedos, y con los miedos no se puede competir, y eso es lo que hay que intentar, que no aparezcan en el campo”.
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