El fútbol en casa, mejor entre hermanos

¡Qué ganas de volver al césped!. Es lo que desean los deportistas almerienses, no solo en el fútbol, sino en cualquier disciplina. Son muchas semanas en casa y en lo que respecta a la UD Almería, nada como entrenar en familia para mantener la forma. Desde el pasado 15 de marzo, cuando entró en vigor el Estado de Alarma en el país, el club rojiblanco mandó a todos los jugadores a casa y les facilitó diferentes tablas de ejercicios para trabajar. En el barrio de Torrecárdenas dos hermanos han vuelto a unir sus caminos durante la cuarentena.

Naim Nasri juega en el Juvenil C del Almería, bajo la denominación de CD Oriente. El entrenador es Pepe Morales. Su hermana, Nadia López, vive su segunda temporada en el Almería Femenino, con Carlos Hinojo a la cabeza. Durante la semana acostumbraban a entrenar en campos diferentes. La cantera rojiblanca se desplaza a la Ciudad Deportiva de Los Ángeles y las chicas iban a Benahadux. Durante el confinamiento, los hermanos comparten entrenamientos en la terraza de casa. Va en la sangre la pasión por el fútbol.

Siempre fútbol
Naim milita en el Oriente y su equipo está igualado a puntos con el líder, Los Molinos, en Segunda Andaluza Juvenil. “Hemos jugado en la calle juntos, en el Estudiantes... Es un buen hermano, solo que él es más del Madrid y yo del Barcelona”, comentó Nadia a LA VOZ. En el caso de la jugadora, inició su carrera en las calles y parques de su barrio y en el Viator, compitiendo en fútbol sala. Luego pasó al Estudiantes y se unió a la familia rojiblanca cuando la Fundación apostó fuerte por el proyecto femenino.

Es habitual que Naim y Nadia publiquen vídeos y fotos de su día a día en redes sociales, porque ante una situación excepcional, hay que intentar seguir con el plan de trabajo con la mayor normalidad posible. Como anécdota, el entrenador del equipo femenino, Carlos Hinojo, fue profesor de matemáticas de Naim en el Colegio Europa. “Es una gran persona”, resaltan los hermanos.

Ellos no entienden la vida sin un balón de por medio, y en la terraza de casa intentan matar el ‘gusanillo’ como en los viejos tiempos. Ahora pasan muchas horas juntos compartiendo la pasión por el balompié. Mantienen contacto por videollamadas con los compañeros de equipo y esperan que la crisis pase lo más rápido posible para volver. Mientras, a entrenar duro como buenos hermanos en el salón y la terraza de casa.