Almería-Sabadell (2-2): El partido inexplicable

El Almería desaprovecha otra oportunidad de oro ante un gran Sabadell

La imagen del partido con el Almería pidiendo explicaciones a Ocón Arráiz.
La imagen del partido con el Almería pidiendo explicaciones a Ocón Arráiz. Juan Sánchez
Carlos Miralles
16:19 • 24 ene. 2021

La UD Almería se pierde en el descontrol. Empate con sabor a derrota frente a un Sabadell que supo esperar su momento y aprovechar oportunidades. Ya avisó Gomes de que el fútbol no tiene pasado y tan pronto subes a la cresta de la ola como te estrellas contra el suelo. Esta vez ocurrió lo segundo, porque apenas ocho días después de arrasar al Alavés en Copa, el equipo no se sintió cómodo, no practicó un juego fluido, no generó tantas ocasiones como de costumbre, y lo más grave, desaprovechó dos ventajas en el marcador. Esa falta de control fue la vitamina para el Sabadell. Conscientes de la inferioridad respecto a la calidad, tiraron de fútbol vertical con tres delanteros: Stoichkov, Vázquez y Guruzeta eran una mina de peligro frente a Makaridze, el mejor durante el primer tiempo. Sus intervenciones mantuvieron la llama encendida y luego aparecieron el resto de compañeros.



Las claves
Se acercaba el descanso y el Almería dio un paso al frente, quizá poco convincente para lo que acostumbra el equipo, pero sí efectivo. Saca de esquina Carvalho, el meta Makay se lía al despejar y Samú se tira en plancha para adelantar a los rojiblancos. El golpe en el momento perfecto. Pero se llegó al descanso y de forma inexplicable el Almería sufrió un apagón. Cedió la pelota al Sabadell, las líneas conectaban con dificultad y las oportunidades brillaban por su ausencia. No era el día para gustarse o hacer magia, sino de ser prácticos. Sin embargo, justo cuando quería avanzar el equipo, llegó el golazo de Óscar Rubio. Remate de cabeza del lateral junto al larguero que supera a Giorgi Makaridze.



El gol fue un puñal en el corazón, y con más rabia que fluidez, los futbolistas de José Gomes volvieron a ponerse el traje de faena para buscar la victoria. El primer aviso fue un gol anulado a Umar Sadiq por un milimétrico fuera de juego. Pocos minutos después no perdonó en el mano a mano tras asistencia de José Carlos Lazo. Aquí se dio una mezcla de falta de contundencia y también de mala suerte. 



Polémica
Makaridze resbaló y tocó dos veces la pelota dentro del área. Protestaron amargamente los almerienses, pero eso es infracción según el reglamento. Libre indirecto en el área pequeña a falta de siete más el descuento que no falló Hernández, que tocó solo un balón. Mala suerte, sí, pero a Ocón Arráiz no le quedaba otra opción que señalar esa jugada en contra del Almería. Enfado monumental del georgiano, pero con poco recorrido a tenor de lo que dice el A,B,C del balompié.



Ocasión
El Almería no tuvo el control y dejó pasar otra gran oportunidad de acercarse al ascenso directo. Con 42 puntos y un partido menos está a tres de Espanyol y Mallorca, pero no dio ese paso que tanto se necesitaba para depender de sí mismo cuando recupere la jornada en Leganés. No se puede ganar siempre, ni tampoco practicar un fútbol de otra galaxia, pero el empate no deja un buen sabor de boca en el vestuario.



Un partido difícil de explicar por tantas situaciones que se dieron. Makay no tuvo su tarde; Makaridze pasó de héroe a villano por una jugada de mala suerte; dos ventajas desaprovechadas. Una locura habitual en Segunda y esta vez la cruz le ha caído a los rojiblancos.





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