España ha acudido a la lucha por el tercer y cuarto puesto en el Mundial de Egipto con hambre para resarcirse de la decepción de las semifinales. Los de Jordi Ribera se presentaron ante Francia imponiendo su paso imponente en El Cairo, que se hizo notar desde el primer instante con un 4-0 inicial en el marcador.
La fortaleza del combinado español se forjó desde una retaguardia casi impoluta, con el escudo extra de una entonadísima portería en la que volvió a destacar Rodrigo Corrales. El entramado blanco en la tarde del domingo consiguió secar al barcelonista Dika Mem y trabar sumamente los envíos a pivote. La escapada inicial, sin embargo, se vio reducida antes del descanso después de un par de lanzamientos desperdiciados desde siete metros.
Álex Dujshebaev, máximo exponente español en la faceta goleadora, cerró el parcial con el gol que envió a las selecciones a vestuarios con un resultado de 16-13. Después de todo el encuentro a remolque, Francia reanudó el choque con un intento de paso al frente que a punto estuvo de dar resultado. Unos minutos desafortunados de los españoles propiciaron que las distancias se redujeran a un solo tanto. La respuesta, no obstante, vino de la mano de unos hermanos Dujshebaev que se han reafirmado en este torneo como una pareja letal desde los laterales.
Con ventaja de seis goles para los Hispanos en los diez minutos definitivos, el cuadro galo buscó una reacción a la desesperada frustrada por un Gonzalo Pérez de Vargas que se sumó a la fiesta bajo palos en los últimos compases. Víctimas de su mal arranque, los galos terminaron cediendo (35-29) en un encuentro en el que la derrota tomó camino desde el minuto uno. Cuarta medalla en un Mundial para España y despedida de bronce con sabor a gloria para el capitán Raúl Entrerríos en su última temporada en activo.
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