Es evidente que cuando se llega a esas cifras de longevidad sobre las canchas solo es posible una explicación: profesionalidad. Y es que es un honor trabajar junto a él y que vista tus colores, aprovecharlo como fuente de aprendizaje. Marlon Palharini ya jugaba cuando no pocos de sus rivales ni siquiera habían nacido. De hecho, este será su particular ‘año 19’ como profesional, lo que junto al ‘rejuvenecimiento’ que se ha visto en las plantillas de los equipos ha hecho que se produzca esa curiosidad en varios partidos del pasado curso. Por supuesto que en su caso ‘la veteranía es un grado’, y por ello Unicaja Costa de Almería está satisfecho de tener en sus filas a uno de los catedráticos de la competición, a uno de esos modelos a seguir, y no ha dudado en que la primera piedra de su proyecto 21/22 sea la ‘piedra filosofal’.
Está como en casa
“Tengo una mezcla de sensaciones y sentimientos difíciles de explicar, pero es algo entre fortuna, felicidad y satisfacción, fortuna por seguir formando parte del club más importante de España, felicidad por seguir dedicándome a mi pasión, que es este deporte, y satisfacción por saber que todo mi esfuerzo y dedicación se han valorado, y renovar es el fruto de todo eso”. Muy hábil también para expresarse, así ha dado el propio receptor las pinceladas de lo que lleva dentro ante un nuevo reto de verde, convencido desde el principio de aceptar la continuidad que se le proponía, movido por motivos importantes: “Ante todo, lo primero, sin duda, es el cariño y el respeto que ha tenido el club hacia mí siempre, y por supuesto la ambición y la filosofía que compartimos desde el primer día, la del trabajo duro y mucho sacrificio”.
Con un gran maestro
Abundando más en ello, en los férreos lazos que se han establecido entre ambas partes, Marlon Palharini recuerda que “si hay algo que caracteriza a Unicaja Costa de Almería y a Manolo Berenguel, sin duda, es la búsqueda de la perfección”, y por ello está tranquilo respecto al potencial del nuevo proyecto del que él mismo es el primer nombre que se apunta, toda una demostración de que será profesional: “Aún no estoy al tanto de los fichajes, pero supongo que lo más importante es formar un equipo sólido, unido y con experiencia, que todos vayamos en una misma dirección”. Respecto al míster, una vez más bajo sus órdenes: “Me parece genial; lo he dicho más de una vez, que tenemos una filosofía muy parecida; Manolo es un ganador y un currante, y todo lo que no sea ganar y trabajar duro no va con él; seguramente ese sea uno de los motivos por los que decidieron renovarme, que tengo el deseo y la motivación de ganar todo y solamente con el trabajo duro se puedo lograr”.
A disfrutar del voley
No se encasilla, salvo en una cosa, y es que es un hombre de club y de equipo, y ha demostrado una gran polivalencia según se le ha necesitado: “Manolo sabe de sobra que siento admiración por este club y que voy a estar para lo que necesite el equipo; la temporada es larga y siempre hay imprevistos, así que se debe tener bien claro que hay que estar preparado y motivado”. No importan los años, que son solo un número si piensas como Palharini: “La verdad es que no pienso mucho en qué punto de mi carrera me encuentro, solo intento disfrutar el máximo posible cada día; soy muy expresivo y vivo el voleibol con mucha pasión, me siento muy afortunado por jugar en Almería y aprovecho cada balón en cada entrenamiento y cada partido para darlo todo, hasta que mi cuerpo aguante”.
El vestuario
Regresando a roles, “ojalá pueda contagiar a este grupo con la pasión y el sacrificio que tengo por este deporte”, confiesa, “porque yo pienso que la responsabilidad de mantener a un equipo motivado y con ganas de mejorar no es solo del entrenador”, sentencia. Y desde esa perspectiva acepta su experiencia vital como un recorrido de gran valía, cerca de las dos décadas completas en el voleibol profesional: “No, vértigo no siento, y volvería a empezar uno y otra vez; cuando amas lo que haces, todo es mas fácil, y sí, claro, ha sido duro llegar hasta aquí, mucho sacrificio, muchos cambios, pero estoy orgulloso del camino”. No es para menos, revisando la ‘hoja de servicios’ del internacional, ahora con su segunda ‘parada larga’ en Unicaja Costa de Almería: “He estado siempre buscando mejorar, aprender, crecer; Chênois fue un club que me dio estabilidad y en el que yo pude madurar, y Unicaja lo mismo”.
En Suiza “dejé muy buenos amigos y tengo buenísimos recuerdos”, rememora el receptor para sumar que “en Unicaja me siento muy bien, muy querido y valorado, me siento en casa”. A partir de ahí, a sus 37 años, lanza una advertencia: “Tengo muchísimo que aprender y mucho que enseñar”. Además, espera que la COVID-19 deje de frenar al proyecto verde: “Ojalá que sí, porque la primera temporada mía fue una pena, ya que íbamos a por el titulo sin dudar, lo teníamos entre ceja y ceja y fue un palo tener que abandonar a las puertas, y la segunda, algo más irregular, sin afición y muchos contratiempos, pero aun así la peleamos hasta el final”. Hispano brasileño, habiendo defendido la camiseta de España, aplica el refranero popular, “a la tercera va a ir la vencida, y ojalá que podamos ver a nuestra afición llenando el Moisés y apoyándonos desde el principio; ¡es una de nuestras mejores armas!”.
La Superliga
Será en un contexto muy atractivo, en medio de una competición de muy alto nivel: “Tengo la impresión de que la Superliga va a estar cara, de que los equipos están mejorando y de que no habrá partidos fáciles, de que será interesante y competitiva desde la primera jornada, lo que deseo porque es importante para el vóley español recuperar un poco de aquel estatus de antaño”. Como despedida para estas nuevas ‘primeras palabras’ como jugador ya oficial de Unicaja Costa de Almería, Palharini insiste en un guiño hacia otra piedra, la angular, que es la hinchada del club: “Quiero mandarle saludos a todos los seguidores y aficionados de Unicaja; ¡mucha fuerza y mucho animo! ¡Vamos Verdes!”.
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