Primera victoria del curso cimentada en mantener el cero en la portería propia

Primera victoria del curso cimentada en mantener el cero en la portería propia

Miguel del Pino
16:28 • 03 nov. 2013

El Almería sonríe y eso ya es un éxito casi impensable tres jornadas atrás. Y lo hace porque las cosas empiezan a rodarle y porque da la impresión de que el equipo ha comenzado ya a enmendar la plana y se está convirtiendo en un equipo fiable defensivamente.
El equipo había recibido 23 tantos en los diez primeros encuentros de la Liga BBVA, lo que supone encajar 2.3 goles por partido jugado. En los dos últimos su portería sólo ha podido ser batida una vez, y en lanzamiento desde el punto fatídico. Eso no otra ha ido la clave y el factor que ha hecho que los rojiblancos hayan hecho pleno en sus dos últimos vuelos. Si hubieran mantenido el ritmo encajador de encuentros anteriores, habría perdido los choques ante Valencia y Valladolid.


Anula al Pucela Cualquier parecido entre el Valladolid que goleó en Vallecas al Rayo por 0-3 sólo una semana atrás, y el que jugó en Almería es pura coincidencia. Los de Juan Ignacio Martínez se mostraron imparables en ataque ante el cuadro madrileño, mientras que no inquietaron seriamente ni una sola vez la meta almeriense. La culpa de este cabio radicalmente negativo del cuadro pucelano debe ser achacada al Almería. Convertir a un conjunto con las ideas claras, vertical y mortal en su ofensiva como el Valladolid de Vallecas en otro con encefalograma plano como el de Almería es fruto de un ordenado, disciplinado y solidario defensivo y de presión que desde el primero al último minuto borró las ideas de la mente de los vallisoletanos. Esta la imagen de este nuevo Almería que ha decidido comenzar la casa por los cimientos y buscar los puntos mirando primero a su portería sin dejar de ver con el rabillo del ojo a la del rival. En paso adelante de los almerienses están participando todos, pero de un modo especial Torsiglieri, que ya luce galones conseguidos por méritos de guerra.


Partido táctico No cabía esperar que el partido fuera espectacular y no lo fue. El Almería se fue a por partido sin precipitación, con paciencia y guardándose las espaldas. El resultado fue que suyas fueron las mejores y casi únicas ocasiones de gol y que la meta local no paso por ningún apuro serio. A pesar de que el pichichi nacional se ayudó con la mano, su gol, el sexto que materializa, puso justicia en el marcador. El único pero de los almerienses fueron los groseros fallos en ataque.







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