“Estos partidos marcarán nuestro futuro”. Probablemente sea una de las frases más repetidas por los aficionados rojiblancos durante este campeonato. Suele emplearse con frecuencia allá por el mes de noviembre o en el ecuador de la Liga. Aparecen en el horizonte varios encuentros y se intuye que con el desenlace va a quedar claro el camino a recorrer. Así está el Almería a diez jornadas del final, en su particular laberinto. Encara entre hoy y el domingo de la próxima semana tres citas que permitirán conocer si el tramo final del curso será ilusionante, angustioso o agónico. Ha llegado la hora de la verdad.
El conjunto rojiblanco afronta esta noche su partido frente a la Real Sociedad con sensaciones opuestas. Del sabor amargo de ser conscientes de que no está en una buena racha ni de juego ni de resultados y que por ello es uno de las mas desfavorecidos en el furgón de cola y ser por ello uno de los equipos de la Liga BBVA que tiene más en el aíre su futuro en la categoría (aunque sin riesgo institucional según ha declarado Alfonso García), al dulce que se puede saborear al mirar por el espejo retrovisor de las últimas confrontaciones en casa, no incluida la del último encuentro frente al Sevilla, y recordar que este equipo ha sido capaz de mantener su meta a cero durante cinco jornadas consecutivas en casa, sumar 11 puntos sobre 15 posibles y hacer morder el polvo de la derrota a todo un Atlético de Madrid. Unos datos que echan por tierra la teoría derrotista que habla de la poca calidad de la plantilla y de una supuesto incompetencia, son los que dan pie al optimismo respecto al resultado del encuentro de esta noche.
Recuperar el fortín Esta plantilla ha dado pues muestras de su valía y esta noche tiene ante si una gran oportunidad para ratificarla, pero eso sí, sabiendo que el camino más recto para alcanzar la meta y conseguir el premio de los tres puntos es cerrar a cal y canto la portería propia, como ocurrió en las cinco jornadas en el Mediterráneo antes mencionadas. Es decir, se trata de recuperar ante la Real el cartel de fortín inconquistable para los rivales que el coliseo rojiblanco ha paseado por la Liga en su etapa más brillante como local.
Salir del descenso El partido frente al conjunto donostiarra es de una gran trascendencia porque la diferencia entre las consecuencias del triunfo o la derrota son abismales.
El triunfo volvería a sacar del descenso al once almeriense, le haría escalar al menos tres posiciones y le colocaría un punto por encima del infierno. la derrota les colocaría con la soga al cuello porque aumentaría su desventaja con los equipos que le preceden y les dejaría anímicamente tocados para recibir el jueves al Valencia.
La Real a Europa Por su parte la Rea llega a este partido con casi todos los deberes hechos. A falta de diez jornadas para el final y con una desventaja de al menos seis puntos con el Athletic, la Champions parece que les queda lejos, pero no han arrojado la toalla y siguen teniendo opciones.
Los nueve puntos de ventaja con Levante y Espanyol le garantizan su permanencia en las competiciones europeas para la próxima temporada. Es por ello que los almerienses pugnarán con los easonenses por los tres puntos en un enfrentamiento intenso y que se prevé competido de principio a fin por todo lo que está en juego.
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