Los futbolistas que cedieron sus derechos de imagen a empresas fantasma en el paraíso fiscal de Madeira (Portugal) están topando ahora, al cabo de los años, con la justicia. Tras destapar el presunto fraude cometido por Xabi Alonso y Javier Mascherano, Hacienda señala ahora a Adriano. El defensa brasileño del Barça defraudó 700.000 euros en impuestos entre 2011 y 2012. Así lo indican las conclusiones de la Agencia Tributaria, a las que ha tenido acceso EL PAÍS. El organismo ve indicios de delito y ha trasladado el caso a la Fiscalía.
Hacienda acusa a Adriano Correia de eludir el pago del IRPF en España mediante un entramado de empresas que le permitió ocultar sus ingresos por derechos de imagen. El montaje fiscal fue diseñado cuando el Barça fichó a Adriano procedente del Sevilla, en 2010. Por consejo de sus asesores, el jugador compró una empresa preexistente con sede en Funchal —la capital del archipiélago de Madeira— y de nombre francés: Chacun a sa place. Adriano cedió a esa empresa, que no tiene actividad alguna, sus derechos de imagen por algo más de dos millones de euros.
Chacun a sa place, figura como “mayorista de mercancías no perecederas”, cuenta con apenas tres empleados y comparte espacio con las sociedades usadas por Mascherano y Xabi Alonso para obtener ventajas fiscales: puerta X, sexta planta, número 12 E, Rua 31 de Janeiro. Esa misma dirección da cobijo a un total de 23 sociedades pantalla, sin actividad real, y es lo que los expertos en lucha contra el fraude conocen como nidos o buzones.
Cuando vendió sus derechos de imagen (2010), Adriano tenía la consideración de expatriado y se beneficiaba, por tanto, de las ventajas fiscales previstas por la Ley Beckham, de modo que no tuvo que pagar impuestos por los más de dos millones que, supuestamente, ingresó ese año. El caso es que Chacun a sa place (empresa sin actividad) no le pagó tal cantidad porque no podía hacerlo. Le reconoció, en cambio, una deuda que le fue abonando en años posteriores. En esos ejercicios, Adriano sí debió haber tributado por IRPF.
El contrato entre Adriano y el Barça establece que el club paga al jugador el 85% en nómina, y el 15% restante a la empresa que posee los derechos de imagen. En un momento dado, el club no se sintió cómodo abonando ese 15% a la empresa de Madeira. El jugador decidió entonces regularizar su situación y presentó dos declaraciones de IRPF complementarias por sus derechos de imagen: casi 190.000 euros en 2011 y otros más de 450.000 en 2012. Para entonces, sin embargo, Hacienda ya le estaba sometiendo a inspección y el jugador no pudo zanjar el asunto en la vía administrativa. La Fiscalía tiene que decidir ahora si se querella contra él por la pequeña cantidad de dinero que debe abonar aún.
Contratos con Nike
El fraude tiene una segunda pata (de menor cuantía) relacionada con la gestión de los derechos de imagen fruto de sus contratos publicitarios con Nike. El jugador no declaró los ingresos que obtuvo por esa razón a través de una empresa en Miami.
El mecanismo para defraudar al fisco es muy similar al que emplearon Mascherano, Alonso y otros muchos jugadores de fútbol. El común denominador, más allá de la coincidencia de domicilios, es que fue diseñado por el mismo despacho de abogados bilbaíno y gestionado por la misma empresa andorrana.{Entradilla}
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