La visión transversal

Hasta la gente más despreocupada, atenta solo a su vida y a sus quehaceres ordinarios, comienza a preguntar la razón del nulo entendimiento entre partidos. A medida que pasa el tiempo y  que, como se ve,nadie paraliza el castigo de unas nuevas elecciones, surge el miedo por lo que pueda suceder en este país con un Gobierno en funciones y una Europa que no lo puede remediar. Tal como están ahora mismo las cosas,  faltan dos semanas para que se cumpla el tiempo hábil de los pactos posibles. El PP quiere una coalición con el PSOE y Ciudadanos con la premisa de que Rajoy sea Presidente del Gobierno. 
Conforme pasan los días se descubre que el partido conservador es un lodazal de corrupción. A Albert Rivera, el único partido que hasta el momento quisiera ser socio de la derecha, se le caen los palos del sombraje  pidiendo a gritos un nuevo candidato para la Moncloa. De  Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, no hace falta repetirlo más veces. Dijo siempre que no y que no a la llamada de Rajoy.  Y respecto a los partidos emergentes, tal como quedaron el 20D, ni Podemos ni Ciudadanos pueden  verse sin que se excluyan uno al otro. Entonces estamos dentro de un maldito laberinto del que nadie puede  escapar si no hace uso de la transversalidad. ¿A qué llamamos visión transversal? Los manuales de estrategia  la definen como un método de colocación especial  que entraña dirigirse al través,  en  definitiva una especie de desvío de la dirección general de las cuestiones. 
Si no salimos de nuestro corral para ver las cosas, nunca veremos el paisaje que se extiende al otro lado de las tapias. Y los partidos tienen demasiadas exigencias particulares que les impiden ver claro en eso  que llaman los intereses del Estado. Por otro lado, los líderes europeos nos repiten que hay que acabar con el déficit, que en este país crece la desigualdad y que hay un niño de cada tres abocado a la exclusión social. Todas estas advertencias no parecen conmover a los partidos para no hablar de otras urgencias más alarmantes, como la lucha contra el terrorismo, la crisis,  la asistencia a los refugiados etcétera. Así que por lo que está en juego, por lo mucho que a todos  concierne,  me parece urgente  esa visión transversal que podría evitar las elecciones y  sin esperar  a las elecciones, como hace el PP.