Animales que están maltratando

Cuando uno se tropieza con un/a animalista acérrimo, es mejor cambiar de conversación o hasta de acera, porque de entre todos los jartibles del mundo, no hay nadie más entregado a su propia causa que el defensor a ultranza de la vida animal en todos los ámbitos zoológicos. Evite, en cualquier caso, el comentario jovial sobre el mucho daño hecho por Walt Disney, porque podrán comprobar entonces la fulgurante velocidad con la que el corderito de Norit se transforma en una pantera cabreada. Pero aunque nunca he compartido en su integridad el discurso animalista, sí que hago mía la preocupación que están mostrando estos días por la aparición de casos de maltrato animal en la provincia de Almería. 
Por desgracia, en las últimas semanas hemos conocido casos de perros descubiertos tras haber sido objeto de torturas y ataques brutales, lo que es una mala noticia por dos razones. La primera, enlazando un poco con el punto de vista de los animalistas, es que eso traslada una imagen pésima de Almería que, como comprenderán, no nos beneficia en absoluto. Pero al margen de eso y de la opinión de Gandhi sobre las sociedades en las que se tolera el maltrato a los animales, hay una cuestión aún más relevante: el descerebrado que es capaz de hacer esas cosas a un perro, bien puede hacerle eso mañana o pasado a una persona.
Y como entre una persona y un animal uno siempre elige, con perdón de los animalistas, a su congénere, me van a permitir que utilice esta columna para llamar la atención sobre la presencia en Almería de sujetos capaces de semejantes atrocidades. Y del mismo modo que ya ha calado entre la sociedad la necesidad de no callar ante el maltrato a una persona, creo que debería extenderse también esta práctica contra quienes agreden a los animales. 
No estoy hablando de los toreros, que ya veo venir a más de una y uno. Hablo del malnacido que es capaz de atar con alambres a un perro o arrojarle gasolina por encima, por diversión o por desconfiguración cerebral.
Mucho ojo con estos animales.