Aún estamos a tiempo

Emilio Sánchez de Amo
01:00 • 30 abr. 2016

Aunque lo intuíamos, hemos sabido en estos días de un estudio de la Universidad de Liverpool con antílopes africanos donde muestra que, los animales con hábitat más reducido se verán más afectados por causa del calentamiento global del Planeta, menguando sus pequeños hábitat. Mientras algunas especies se benefician del aumento de las temperaturas, otras se perjudican, produciéndose ya una traslación de especies animales y vegetales hacia un norte que cada vez presenta más bondades.
Es urgente un giro al comportamiento humano en la emisión de CO₂, alcanzando un sistema energético eficiente y sostenible que ponga las bases del sector eléctrico fundamentado en las renovables que, por otro lado, fulminó Rajoy, abortando lo ya avanzado con el último gobierno socialista como, por ejemplo, con su ‘impuesto al Sol’. Debemos regular el avance ganadero y agrícola, el acoso del furtivismo y, cómo no, acabar con las guerras, otro factor de arrinconamiento de especies.
El ser humano tampoco está libre de los efectos ambientales ni de su acción descabezada, sufriendo migraciones desde sus propios inicios existenciales para pervivir, ayudando a la evolución de la especie, y ahora huyendo de sí mismo
Pero parece que no queramos darnos cuenta de ello y de que, al menos la longevidad del proceso depende en gran medida de las acciones de cada país; impulsando la rehabilitación sostenible de viviendas y edificios, la movilidad sostenible, o prohibiendo por completo el cambio de tipo de suelo en zonas forestales incendiadas.
Y, si nos centramos en el tránsito humano, debemos promover políticas de inmigración comunitarias que resuelvan problemas estructurales de los países en origen, que no dejen de lado la ayuda humanitaria y la asistencia sanitaria ni a un irregular, retirar las concertinas, eliminar las devoluciones en caliente y acoger a los refugiados ya, porque es nuestro deber moral y jurídico, dejando de comercializar con personas.
No sabemos, en un futuro, quienes tendremos que emigrar por cualquiera de las situaciones anteriores pero, dice el citado estudio que “En teoría, aún estamos a tiempo de salvar a todas las especies de antílopes”, ¿salvaremos la nuestra?; ¡ojalá salvemos al menos nuestra humanidad!







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