La vida sigue igual

Antonio Jesús García ‘Che’
23:18 • 25 may. 2016

Parece estar de moda el señor Iglesias. No me refiero a Pablo, sino a Julio. Ese señor al que, por mucho que le encante España, sigue cotizando en Miami. No sólo Loquillo interpreta en su último álbum una versión de Me olvidé de vivir, tema compuesto por Pierre Billon y popularizado inicialmente por Johnny Hallyday, sino que una gran parte de nuestros dirigentes parecen haber apostado por el lema del ex portero madridista, La vida sigue igual.
Durante la celebración de unas jornadas visigodas en el toledano pueblo de Guadamur se proyectaron gigantescas imágenes de elogio a Franco y Himmler, comandante en jefe de las SS nazis. Ataúlfo, Alarico, Recaredo, Chindasvinto y Recesvinto son los pocos nombres que recuerdo de los reyes godos. Reconozco que nunca he sido especialmente dotado para la memoria y, aunque jamás logré memorizar el listado completo, no me suena para nada que los señores estos del bigotito figurasen en el mismo.
Ante una celebración de la final de Copa del Rey de fútbol, sin las habituales campañas de los últimos años a favor de pitar al himno nacional, a la Delegada de Gobierno en Madrid no se le ocurre otra cosa que prohibir las estelades en el campo. Eso se llama buscar problemas donde no los hay. Finalmente se impuso la cordura y un juez levantó la prohibición. Sin embargo, en ese mismo campo, y en otros muchos de España, viene siendo habitual domingo tras domingo la exhibición de símbolos nazis y franquistas sin que ello sea objeto de repulsa o reprobación alguna por parte de estas mismas autoridades. 
Las obras se quedan las gentes se van, otras vienen que las continuarán, reza el tema del ex marido de la Preysler, y a ello parece apelar también el Ayuntamiento de Almería en su programación cultural, especialmente la musical. Rumberos, flamencas, pseudo folklóricas y galanes de medio pelo recuerdan peligrosamente a esos tiempos pretéritos en los que el matrimonio Martos–Figueroa acudía regularmente a tomar café a El Pardo. 
Resulta llamativa la ausencia absoluta de rock and roll en la programación aunque pocos estilos musicales puedan presumir de su vigencia a través de los años. Funk, acid, house, etc., son géneros que pasan de moda mientras es más que habitual encontrar miembros de hasta tres generaciones de una familia en un concierto de rock. 
La limitada apuesta rockera de programar espectáculos de tributo a alguno de los grandes es, como dijo Jorge Martínez, cantante de Ilegales, respecto a escuchar Rock Fm, como comer un caramelo chupado.
Curiosamente, la estrella del último especial de nochevieja de la cadena pública, igual que hace cuarenta años, es aquel que por quererte ya no vive. La vida sigue igual.







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