Siempre he pensado que elfútbol exige grandes reservas de entusiasmo y de pasión que luego no se corresponden con elposibletriunfo. Quizás la vidase ha vuelto demasiado monótona y aburrida para mucha gente. De ahí el fervor por las banderas, por las grandes algaradas en olor de multitudes.
Comprendo al practicante del deporte porque a través del ejercicio y del entrenamiento puede llegar a solucionar su vida. Pero el simple forofo¿qué es lo que saca de tantos excesos como viajar los fines de semanas, pegarse la enorme paliza siguiendo a sus equipos y luego tener que oir aquello de la esposa malhumorada: “Ay cuántos domingos por el fútbol me abandonas?” Algo debe tener el fútbol, o mejor dicho, algo debe faltar en nuestra vida para que la mera práctica de meter un balón en una portería sea tan trascendente.
Llevamos quince días oyendo hablar de la materia: primero la final de Copa entre el Barcelona y el Sevilla: Las esteladas, la politización del balón, la reacción de la Delegada del Gobierno, el independizamos convulso, el juez que dividió las aguas bíblicas.
Ahora de lo quehablamos es de la Champions.Los medios informativos no se han retrasado. Nos han dicho con todo detall dónde se hospedará el Atlético de Madrid. Cuándo llegará el Madrid.Quienes serán sus cocineros. Milán lo hemos vistos ya de mil maneras. Se hacen cábalas sobre cómo serán las tácticas tanto de Zidanne como de Simeone.De los jugadores no hablemos. Cada uno de ellos tiene un tratado especialsobre su puesta a punto, sus habilidades y sus defectos. Me gustaría asistir a un congreso internacional sobres física cuántica a ver si allí se tomaban tantas precauciones. ¿Todo esto para qué? Para alzarse con la victoria en el terreno de juego. A mi me gusta el fútbol, que conste.El forofo es capaz de darlo todo con tal de vivir ese instante supremo que se parece el éxtasis.“ Hemos ganado. Sí, señor.”
Ahora bien, ¿quién realmenteha ganado? La vuelta de los estadios, sobre todo si se trata de los de fuera, es otra paliza. Todo se da por bueno si se enciende en nuestros corazones la pasión del futbol. Cuan necesaria es la pasión para poder aguantar esta vida de recortes y mentiras.
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