La sandía

Días pasados apareció en la última página del “El País” una columna de Manuel  Vicent que me hizo reír largamente. El escritor valenciano recordaba    el nombramiento a dedo de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Como se sabe, Aznar abandonó el poder pero no del todo. Antes de marcharse a sus negocios y a sus bien pagadas conferencias, promovió  FAES como escuela de pensamiento político para la dirección, estrategia y desarrollo del partido. La frase exacta de Vicent, si no recuerdo mal , es más o menos ésta: Aznar al frente del Gobierno el gallego “llevara la sandía en la excursión”. Una metáfora que me parece demasiado rica en significados colaterales. Siempre hace falta un gregario y si hiciera falta, un anticarismático, pero enormemente práctico para conducir a la derecha hacia los paraísos soñados del gran dinero. Su triunfo contra Zapatero no pudo ser más redondo. Valiéndose de una buena  instrumentación mediática hizo creer a los españoles que la crisis mundial solo era cosa   de aquí. De ahí el “austericidio” y los recortes que tanto dolor produjeron entre las clases económicamente débiles. En las últimos comicios el PP perdió tres millones de votos, según repite sin cesar Feijóo. Hay un hecho que sin duda está amargando el reparto  campero y alegre de la sandía y es la financiación del PP. Al partido conservador no le vale que también tengamos otro caso paralelo en Andalucía por más difusores que paguen. La corrupción del PP, tanto cuantitativamente como de perversion moral, no ha tenido otra igual en la historia del saqueo político. Esto pone a Mariano Rajoy en un brete de lo más comprometido. Por un lado dice haber ganado las elecciones siendo su partido el más votado, pero, por otro no tiene a nadie que le quiera. Lo de Ciudadanos merece capítulo aparte. Albert Rivera lo mismo le pide que desaparezca del mapa político como que le aúpa para gobernar. Es normal que amenacen con peligros inminentes si  no llega pronto la investidura. A punto de comerse la sandía, los militantes del PP son capaces de hacerle concesiones hasta a Pedro Sánchez. ¡Cómo habla del silencio de Rajoy!