Tres legislaturas relámpago

Rafael Torres
01:00 • 20 oct. 2016

Más que leyes, que en España hay por un tubo, se necesitaría alguna voluntad de cumplirlas, así por arriba como por abajo. Tenemos, sin duda, un gran "stock" de leyes, neutralizadas casi todas ellas por sus correspondientes trampas, de modo que la fugacidad de las dos legislaturas que llevamos éste año tiene su parte buena, la de no haber podido añadir a ese atestado depósito más leyes inanes. Dos legislaturas-relámpago en diez meses, pero la que viene es probable que no vaya a durar mucho más.
Según parece, no solo el PSOE goza en los marasmos del dilema; también el Partido Popular. El dilema del Partido Socialista lo conocemos bien, pero el del PP, más soterrado como su propio jefe, no tanto. Lo que le gustaría a Rajoy, abocado a formar un gobierno sin disponer en el Congreso de la mayoría precisa para sustentarlo desahogadamente, es no verse abocado por nada del mundo a semejante cosa. Engatusado por los sondeos que le pronostican, asombrosamente, mejores resultados en unas terceras elecciones, el golpe palaciego del PSOE ha venido a chafarle la ilusión. Cualquiera puede ver el escaso entusiasmo que le produce lograr lo que supuestamente quería.
El dilema de Rajoy, dadas las circunstancias, era/es el de aceptar lo que con tanto ahínco decía perseguir, el apoyo del PSOE para su investidura, o quedar, rechazándolo ahora o poniendo condiciones inaceptables para recibirlo, como un ser particularmente ruin, por emplear una de sus más celebradas expresiones. Después de meses implorando el concurso del PSOE, de lamentos y recriminaciones por no obtenerlo del extinto Sánchez, de llamadas al patriotismo y a la altura de miras esa, y del pollo que se ha montado en Ferraz, no podía ahora enseñar la carta, el as en que cifró siempre sus esperanzas de acabar logrando, mediante las elecciones que fueran menestar, la zona de confort que para él debe ser un gobierno.







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