El derecho de asilo

Kayros
23:15 • 07 nov. 2016

Una de las primeras conquistas de la humanidad  guerrera es el derecho  de asilo. Siempre ha habido batallas, dirán ustedes, pero si repasamos los mejores testimonios   escritos que nos quedan de los ejércitos, veremos la confirmación. a  veces     entre  compasiva y humana,  de ese mismo derecho. Lo cual  no impide   tampoco que nos  escandalicemos todos los día ante lo que los países  más desarrollados están haciendo con las  oleadas de     seres   humanos  que huyen de la guerra y el hambre. A los almerienses no se nos puede engañar a estas alturas. 
Llevamos ya  muchos   años viendo llegar pateras  a nuestras costas. Las que vienen en verano tienen la compensación climatológica   de la bondad de las aguas frente a los peligros de la solanera. . Las que llegan en invierno tienen  que luchar con otros peligros  como el viento  huracanado ,la lluvia y  el naufragio  Los Centros de salvación marítima llevan  la cuenta  de los rescates. Nos preguntamos    a qué  punto tan desesperado  tienen que haber llegado estas familias  subsaharianas como para echarse  a la mar  como quien  juega a la ruleta  rusa. Si ganan  la costa de Alborán ,se salvan, hubo suerte; si  no llegan ni  siquiera  a la costa  porque naufragó la patera o porque se hizo pedazos con la excesiva carga, bendito sea Dios. Pero hay más peligros  cada  día. No voy a citar  a  Trump  que tiene una teoría salvaje para esto  de las migraciones  y  que puede hoy mismo erigirse como el amo de  América. También Europa , cuna de los derechos humanos, se cierran puertas y ponen obstáculos a los  refugiados ya vengan en patera, en calesa  o  andando por entre los raíles del tren. 
Nuestro país no ha cumplido ni siquiera con la cuarta parte de la cuota asignada  por la comunidad europea. El Gobierno de Rajoy  cuando la oposición le urgía que contestara  a  algunas cuestiones  que no pidan esperar  solía contestar que  estaba en funciones. Ya tenemos Gobierno  estable . Veremos  ahora si se enfrenta con las cuchillas  de la alambrada de Melilla y otras alambradas. Como decía  aquel esteta sin compromiso, “ dos cosas serian capaces  de entretener toda mi vida: ver jugar a los niños y ver los  barcos  venir” Hay  quien va por las   tardes  al puerto  a  ver los barcos venir, pero no le gustan nada las pateras. Consideran, como Trump, que todo eso es basura.







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