¡Apañás y apañaos estamos...!

Es célebre la divertida anécdota de Camilo J. Cela dormido en el Senado:
- “El Senador Cela estaba dormido”
- “No, señor Presidente, no estaba dormido. Estaba durmiendo”.
- “Pero eso es lo mismo.” 
- “No, señor Presidente. No es lo mismo estar jodido que estar jodiendo.” 
Cela había sido designado Senador por el rey para que velase por la pureza en la redacción de la Constitución a la que, por cierto, contribuyó -entre otras aportaciones-sustituyendo el tradicional “gualda” por el amarillo en la definición de la bandera de España, “formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja...”,  dice el artículo 4.
Y hablando de Cela: el día de su nacimiento, el padre estaba destinado en la Aduana de Almería, a la que retornó toda la familia, con el recién nacido, done vivió hasta los dos años. No consta que bebiera agua del Cañillo, aunque Jesús de Perceval sostenía que sí.
Y puede que se pregunte Vd., a qué viene todo esto.  Pues al tormento insufrible que he padecido durante esta semana por la falta de un Cela –o de otro señor lógico, normal, que sepa español- en el Parlamento andaluz: tanto la ley de Sociedades Cooperativas Andaluzas, de 2011, de Griñán, como su Reglamento, de 2014, de Susana Díaz –que he debido machacarme esta semana- están escritas en idioma -¿español?- no sexista.
Y, así, por ejemplo, se refieren, entre otras muchísimas atrocidades, a personas socias  en vez de a socios; personas trabajadoras, en vez de trabajadores; personas responsables de la liquidación de la sociedad, en vez de liquidadores; persona titular de la Presidencia del órgano de administración, en vez de Presidente; personas que tengan la consideración de alto cargo,   en vez de altos cargos; personas herederas y legatarias,  en vez herederos y legatarios; personas acreedoras de los socios y socias, en vez de acreedores; persona titular de la Consejería, en vez de Consejero...
Vista la redacción, cabe, pensar, claro, que además de las personas puedan ser socias y socios los colibríes, las libélulas, los dromedarios... 
¡No decaiga la Junta de Sevilla en tan loable empeño, pese a la fatiga que pueda suponerle a los redactores y copistas! Aún puede mejorar mucho: la Constitución de la muy democrática República Bolivariana de Venezuela dice, entre otras cosas: “Sólo los venezolanos y venezolanas... podrán ejercer los cargos de Presidente o Presidenta de la República... magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de Justicia... Contralor o Contralora General de la República, Ministros o Ministras... Alcaldes o Alcaldesas...” 
¿Conoce Vd., a alguien que hable así; lo hace Vd., alguien de su familia, su médico, su abogado, su peluquero, el dependiente de la tienda…?
Me atrevo a recomendarle, con fervor, el artículo “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer” –está en internet- de don Ignacio Bosque -Académico de la Lengua y Ponente de la “Nueva gramática de la lengua española”- que fue suscrito por el Pleno Real Academia Española el 1 de marzo de 2012. 
Con rigor y, a la par, con ejemplos muy divertidos, analiza nueve “Guías de lenguaje no sexista”, de las que dice que “conculcan aspectos gramaticales o léxicos firmemente asentados en nuestro sistema lingüístico...” 
Y añade: “el uso no marcado (o uso genérico) del masculino para designar los dos sexos está firmemente asentado en el sistema gramatical del español y en otras muchas lenguas...  Tiene, pues, pleno sentido preguntarse qué autoridad (profesional, científica, social, política) poseen… quienes imponen... el despotismo ético”. 
“Soledad Puértolas, Maruja Torres, Ángeles Caso, Carmen Posadas, Rosa Montero, Almudena Grandes, Soledad Gallego-Díaz, Ángeles Mastretta, Carmen Iglesias y Margarita Salas, no siguen las directrices contra el supuesto sexismo verbal que se propugna.” 
“Ahora que se trabaja para que el lenguaje de los textos jurídicos se acerque en alguna medida al español común, las propuestas para “visibilizar a la mujer” en el idioma parecen encaminarse en el sentido opuesto. Se trata, al parecer, de lograr que el lenguaje oficial se diferencie aún más del real..., un nuevo código artificial, ajeno al lenguaje común.”
¿Por qué me acordaré del chiste de Eugenio sobre los franceses y el queso: “¡por qué le llamarán fromage con lo claro que se ve que es queso!” 
¡Apañás y apañaos estamos! Para tener una conversación en español normal tendremos que hacerlo con un colombiano.
Sean serios. No jueguen con una joya, el español, capaz de síntesis como la del desdentado que, cuando le preguntan cómo se las arregla para comer, responde: “¿Cómo como? Como como como”. El idioma se ha hecho para entenderse. 
¡Ay, Cela, dormido o durmiendo!

Martín Soler Le tengo afecto sincero y lo valoro mucho como, en general, a las personas inteligentes. Apartado de la política, en la que fue casi todo, vuelve a la actividad pública como Gerente de la Fundación Bahía Almeriport.
Dada su finalidad, el éxito de la gestión de Martin podría hacer realidad el matrimonio Puerto-Ciudad -no se olvide que Almería nació de su Portus Magnus- así como el aumento en los tráficos de mercancía y de pasajeros, que suponen riqueza y desarrollo para la provincia entera.
¡Suerte!

Ya hay sentencia La sentencia  por antonomasia, esperada con más expectación que una posible boda de Belén Esteban, que ya es decir.
Para valorar el fallo de una sentencia hay que leer con atención sus Hechos probados y sus Fundamentos de Derecho. Sin  embargo, inmediatamente se desataron los ya usuales juicios políticos.
En esencia, lo que ha hecho la Audiencia ha sido decirle a Urdangarín y colaboradores lo que Maese Pedro al joven y orgulloso titiritero: “llaneza, muchacho; no te encumbres, que toda afectación es mala”

No sé quienes son ¿Sabe Vd., quiénes son los Consejeros de la Junta de Sevilla? Yo, no, la inmensa mayoría de ellos: no me suena ni su nombre ni su cara. En cambio, creo que Vd., y yo sí sabemos quiénes son los ministros del Gobierno de España.
¿No se dice que la razón de las Autonomías es acercar el gobierno al pueblo? Pues poco cercano debe de estar si no conocemos a quienes nos gobiernan. 
¿Hacen algo? Y no digo sólo por y en Almería, salvo obstaculizar.
¿Gestiona algo la Presidenta o le gusta más ir de gira por España?