Esperando el autobus

Me encontraba sentado frente al Instituto de Educación Secundaria de El Alquián, esperando el autobús. Tuve tiempo de recordar el cambio experimentado en esta barriada de la ciudad de Almería.
Cuando llegué de Cura en 1963 había un solo Maestro para todos los niños, se llamaba D. José Soler y tenía como libro preferido la Enciclopedia Dalmáu Carles en su grado elemental. 
Pronto fueron llegando otros Maestros, hasta juntarse aquel primer  curso un número de 10. Comenzó la siembra de la cultura a manos llenas. Dio comienzo una campaña contra el analfabetismo, D. Manuel reunía en su aula pescadores, agricultores y albañiles en número tan elevado, que se vio obligado a pedir la colaboración de otros compañeros. D. Miguel aplicaba el método de Sanabria a niños de 6 años; en un mes aprendían a leer y escribir. Decía que lo mismo podía conseguir con personas mayores.
En la actualidad el Colegio San Bernardo tiene más de 20 Maestros, está dotado de elementos modernos y con pistas deportivas de gran amplitud. Para los menores de 6 años hay una Escuela Infantil con capacidad para 100 niños, rodeada de jardines; creada por Unicaja y mantenida por el Ayuntamiento.
Los que terminan en el Colegio encuentran un Instituto que convierte estos niños en jóvenes capacitados para ir a la Universidad. Se trata de un cambio tan enorme con lo que encontré al llegar por primera vez, que me enorgullezco de haberlo presenciado.
El Instituto es un edificio de dos plantas, con abundancia de aulas y campos de juego. Sólo echo en falta la bandera de España y la de Andalucía en su fachada principal, ondeando con orgullo el progreso de El Alquián.