#QuieroCorredor

Emilio Ruiz
01:00 • 14 may. 2017

El acto celebrado el pasado miércoles en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Aguadulce para reivindicar el Corredor Mediterráneo puede considerarse como un grito desesperado para reclamar un trato digno para con esta tierra y para denunciar la humillación persistente que padecemos los almerienses. La importancia del evento no radica solo en el objeto de la reivindicación, una infraestructura de vital trascendencia para el futuro de nuestra provincia y de todas las provincias que alumbran el Mare Nostrum, sino en la cualificación de los portadores de los mensajes –nada sospechosos de orientarse por cuestiones ‘bastardas’, que podría decir alguien- y en la contundencia de esos mensajes. Nunca en Almería un clamor empresarial se había manifestado con tanto vigor. Es cierto que aquella campaña de Asempal en los ochenta ‘Almería sin salidas’ tuvo ribetes agrios para quienes eran entonces los responsables políticos de nuestro país, gente del PSOE, pero aquella demanda actuó dentro de los ámbitos provinciales y no tuvo el protagonismo y eco nacional que ha tenido ésta. Ha sido tanta la claridad de las demandas y de las denuncias que no me puedo resistir a la tentación de reproducir algunas de las manifestaciones hechas el miércoles en Aguadulce:
Diego Martínez Cano (presidente de la Cámara de Comercio): “Bienvenidos a la isla de Almería”. José Cano García (presidente de Asempal): “Almería es la provincia más puteada de España, aquí la vergüenza viaja en raíles”. José María Bonmatí (presidente de la patronal Aecoc): “El caso de Almería es flagrante y lo tenemos que poner de relieve”. Javier González de Lara (presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía): “Hay que recordar la injusticia del maltrato a Almería y la necesidad de cambiar”. Juan Roig Alfonso (presidente de Mercadona) “Tardar en tren once horas de Valencia a Almería es un problema de la sociedad española”. Vicente Boluda Fos (Presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios): “Habrá que aprender a votar”. Esto es solo una muestra del clamor que en Aguadulce se respiraba.
 De entre los artículos periodísticos publicados en la prensa provincial con motivo del acto, tampoco me resisto a la tentación de aconsejar al lector los suscritos en el número especial de La Voz de Almería –valiente su portada- del mismo día por el economista Jerónimo Molina Herrera y el catedrático de Historia Económica de la UAL Andrés Sánchez Picón. Es imposible encontrar mejor clarividencia para comprender la gravedad de nuestro problema. Me imagino la cara de extrañeza que pondría Sánchez Picón en el momento en el que el secretario de Estado Gómez Pomar  quería hacerle ver que el ferrocarril no es competitivo en el transporte de mercancías. Molina, en su artículo, lo dice alto y claro: “Son muchas las declaraciones y las promesas de políticos sobre el ferrocarril, pero ninguna se materializará a no ser que haya una presión social suficiente que los obligue. En otras provincias del litoral se han organizado y están consiguiendo que el Corredor Mediterráneo sea una realidad. Es necesario, por tanto, que todas las fuerzas de nuestra sociedad civil y de la Almería económica se sumen a esta justa reivindicación”.







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