La dirección del PSOE queda como cuando Felipe González era, según el término que empleaba Txiki Benegas, "Dios". Laminada toda contestación interna, acaso no tanto por un propósito de mayor cohesión y eficacia como por efecto de la purga de los que derrocaron al retornado secretario general, éste, Pedro Sánchez, parece haberse constituido en el dios cuya palabra está destinada a ir a misa.
Pero tampoco es cosa de llevarse las manos a la cabeza: Rajoy, Rivera o Iglesias son también los dioses del PP, de Ciudadanos y de Podemos, por muchas primarias, debates o asambleas de atrezo. Pedro Sánchez, pues, se equipara a sus colegas, pues de ángel caído no puede decirse que le fuera muy bien como para repetir el costalazo de nuevo.
Dicho esto, que no deja de ser lamentable porque sea práctica corriente en la política partidaria, también merecería la pena señalar que la opinión publicada y tertulianizada se está pasando mucho con este nuevo PSOE del Sánchez redivivo.
Antes de haber dado un solo paso, se le acusa de andar en malos pasos, y, por acusar, hasta se le acusa de reputarse de izquierda, de identificar al Partido Popular como su principal adversario y de cantar La Internacional.
Pero, hombre, si se trata del Partido Socialista, no del Proverista de Manuel Maysounave ni del neofalangista de Cantarero del Castillo. ¿Qué quieren?
Se comprende que a la derecha le encantara la Gestora, y no digamos la posibilidad, que daba por hecha, de un PSOE totalmente desnaturalizado bajo la égida de Susana Díaz, pero de ahí a pronosticar que, con Sánchez en el papel de "Dios", el PSOE se va a volver bolchevique de repente, median varios abismos. Lo más aciago para la reacción serían esos "valores republicanos" de los que presume éste PSOE, bien que en el caso de que eso fuera verdad, pues no hay valores republicanos fuera del abierto republicanismo. En todo caso, cuando eche a andar éste PSOE se verá si los pasos son buenos o malos.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/131567/cuando-felipe-era-dios