El tomate de Almería renueva como presidente a Miguel Vargas

Juan Torrijos
23:58 • 01 ago. 2017

Yo de Miguel Vargas no estaría tan contento. Ha ganado, es cierto, ya es el nuevo presidente de CASI y encima con un sueldo de tres mil euros al mes, pero la mitad de los socios que fueron a votar no lo hicieron por él. Y eso debería tenerlo muy en cuenta, es más, debería preocuparle. Trescientos nueve votos a favor tuvo en la asamblea Miguel Vargas, trescientos seis en contra, no le votaron a él, lo hicieron por el resto de los candidatos. De haberse presentado dos candidatos, con los resultados producidos se podría deducir que la mayor cooperativa de tomate de España está divida, partida por la mitad. Miguel Vargas ha conseguido la presidencia y el sueldo, pero los sueños de expansión comercial a otros puntos de nuestra provincia no han encontrado en la asamblea el apoyo del socio. Tendrá que analizar el por qué se pierde una oportunidad, que estudiada en este mercado global en que se vive, parecía de pura lógica. Quizás no se le ha sabido explicar bien a los socios. Parece evidente que Miguel ha logrado darle la vuelta a una preocupante situación que se vivía en La CASI, con un presidente anterior investigado y acusado por la justicia por alguna práctica no demasiado clara. La separación entre el cuerpo social y la directiva llegó a poner en peligro incluso la propia supervivencia de la cooperativa. Y es de justicia reconocer que Miguel Vargas vino a poner cierta tranquilidad y confianza entre los socios. Avalado ese reconocimiento por la última votación celebrada y que supone renovarle la confianza al frente de La CASI (como la llaman socios). 
¿Es justo y normal que se le ponga sueldo a un presidente de una cooperativa? En CASI se ha venido hablando de ello desde hace algunos años, y algunas de las situaciones preocupantes vividas aseguran que ha sido por culpa de esa falta de sueldo. Se ha demostrado que los presidentes y directivos de esta y otras cooperativas usaban sus puestos para obtener los mejores precios en las subastas y repartir los cultivos mejor pagados entre ellos. ¿El nuevo sueldo de Miguel puede ser la solución? Habría que preguntar a los restantes miembros de la junta directiva. El presidente tendrá sueldo, ¿ellos algún viejo o nuevo privilegio? El tiempo lo irá descubriendo, y con el tiempo esos socios de La CASI que no tienen toda la confianza en Vargas.







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