El consejero de Agricultura daba a conocer hace unos días los datos económicos de la campaña 16/17, nada más y nada menos que más de dos mil setecientos millones. Almería va consiguiendo en estos años lo que en siglos no ha logrado, crear un nivel económico en la sociedad almeriense que debe empezar a dar resultados. Algunos creemos que ya lo viene haciendo, y que los hijos de aquellos primeros agricultores que se metieron bajo el plástico, hoy son hombres que dentro de ellos o fuera están siendo la punta de lanza de una nueva generación de almerienses. Aquellos padres y madres de los años sesenta, setenta y ochenta han conseguido con su duro trabajo en los invernaderos que sus hijos tenga una mejor educación de la que tuvieron ellos y que se enfrenten a la agricultura con nueva visión y empuje. En ese camino Almería debe ir forzando su futuro y la sociedad afianzando un salto cuantitativo y cualitativo en su economía que ya se percibe en algunos puntos de la provincia.
El consejero del sector de la Junta, el almeriense Rodrigo Sánchez, se lamentaba de que la agricultura almeriense se vea aún limitada por la falta de agua y por el transporte. En lo referente al agua nada que alegar. Estoy de acuerdo con él. Pero estará conmigo, espero que lo reconozca, que la culpa es sólo y exclusivamente de ellos, los políticos. Vale, vale, también de la falta de lluvia, pero cuando no llueve ellos son deberían ser los responsables de dotar de las necesarias soluciones. Y no lo han hecho. A lo largo de los últimos cuarenta años me pude indicar don Rodrigo las soluciones que se han puesto en marcha. Las desaladoras, nos dirá. Se acuerdan de Cristina Narbona anunciando en Almería, tras derogar el plan hidrológico nacional, el “plan aguas” de Zapatero. Estoy de acuerdo con el señor consejero, pero yo sumaría como los mayores limitantes de nuestra agricultura a los políticos, no voy a decir que usted lo sea, lleva poco tiempo, y lo mismo estaba en el patio del colegio en la etapa de Zp, pero analice con realidad lo hecho por sus compañeros y ya me dirá.
En lo del transporte no sé. Los exportadores te dicen que el camión de puerta a puerta es lo mejor para el tomate, el barco demostró su fracaso en varias ocasiones, lo mismo dentro de unos años es viable. En cuanto al tren hay quien no le ve futuro. Al tiempo.
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