Por allá resopla el machismo

Igual que el capitán Ahab clavó un doblón de oro español en el palo mayor del Pequod para dárselo al primer marinero que avistase a la ballena blanca, en la nave del progresismo almeriense debe haber clavado lo más grande para recompensar a quien sea capaz de divisar, entre las olas, el monstruoso chorreón de vapor del machismo. “Por allá resopla”, gritan los concejalos, responsablas, presidentos y demás miembras de la tripulación del navío políticamente correcto. El último avistamiento ha tenido lugar en Huércal de Almería, en donde el Ayuntamiento ha cometido el error de atender la petición de un grupo de mujeres del pueblo que querían un taller sobre conceptos básicos de mecánica y mantenimiento automovilístico. ¡Machismo a la vista! han gritado desde lo alto de la cofa y, como suele pasar en estos casos, se ha liado una buena pajarraca. Que si la polémica, que si el ataque, que si la falta de sensibilidad… en fin, nada nuevo bajo el sol de estos nuevos tiempos de ejemplaridad impostada e idiotez sin límites. Por cierto, que me gustaría ver a todos y todas los que han puesto el grito en el cielo con este abominable taller a la hora de tener que cambiar una bujía o una rueda. Me gustaría ver si en ese momento agradecían haber asistido a un cursillo falócrata o si se limitaban a esperar de un modo políticamente correcto en el arcén la llegada de la grúa, con sus triángulos y sus chalecos. Y conste que yo mismo, que hasta donde me conozco soy varón, sería incapaz de realizar con acierto cualquiera de esas dos operaciones. Por eso, y dentro de la línea de servicio público que caracteriza a esta columna, me atrevo a señalar a la tripulación de denunciadoras y denunciadores que, una vez más, se les están escapando las mejores oportunidades de detectar a la Bicha. No se han dado cuenta pero ese taller, además de machista, es excluyente, marginador, aislante, supresor y discriminatorio: los hombres no podemos hacerlo. Hala, ahí tienen material para la próxima moción.