El colectivo universitario ha recibido la inversión de 29 millones de euros para el pago de sus matrículas universitarias, desde que, hace tan sólo unos meses, la Junta de Andalucía comenzara a bonificarlas. Estamos ante uno de los últimos ejemplos de que el Gobierno andaluz cumple con la ciudadanía.
Mientras que el Gobierno central recorta, en Andalucía ampliamos, apurando todos los recursos posibles para dotar a la ciudadanía de derechos nuevos. En este sentido, y con el objetivo de que el talento y el esfuerzo de nuestros jóvenes se vea recompensado, la Junta de Andalucía apostó hace unos meses por esta medida de bonificación de las matrículas en la enseñanza superior, dotando al modelo universitario andaluz de una herramienta para que se premie el esfuerzo y se blinde la igualdad.
La medida de la Junta cobra más importancia aún si se observa lo que ha ocurrido en el conjunto de España. En la primera oportunidad que tuvieron, Mariano Rajoy y su empático Gobierno subieron el precio de las matrículas, al tiempo que endurecieron los criterios generales para acceder a una beca. Algo poco sorprendente, pues si de algo se puede vanagloriar el Gobierno central es de habernos echado la mano al cuello cada vez que ha podido.
Para contrarrestar estas medidas, en Andalucía hemos dado un paso adelante. La Junta no se anda con rodeos y, a pesar del gran esfuerzo que tiene que hacer para poder burlar los recortes del Gobierno central, ha encontrado una solución. Es lo mismo que ha ocurrido, por ejemplo, con la Ley de la Dependencia, donde la Junta de Andalucía ha evitado la desaparición de este derecho, al asumir la parte de la financiación que el Gobierno Central ha dejado de poner, hasta el punto de que el Gobierno andaluz está poniendo actualmente el 80% del dinero necesario, pese a que sólo le correspondería el 50%.
Volviendo a la bonificación de las primeras matrículas universitarias, esta medida se aplica, tanto en grados como en másteres, al alumnado de las Universidades Públicas de Andalucía que no cumpla con los durísimos requisitos del Ministerio de Educación para obtener la beca, permitiendo así que estudiantes con un buen rendimiento puedan cursar sus estudios y que su preocupación se reduzca a seguir esforzándose en sus estudios y no a encontrar la manera de pagar la matrícula universitaria.
Gracias a la medida aprobada por la Junta, teniendo en cuenta que el coste de un curso académico de 60 créditos en Andalucía asciende a 757 euros, quien haya aprobado todos estos créditos de su primer curso en primera matrícula entre las convocatorias de junio y septiembre, en el siguiente año académico podrá ahorrarse 749,4 euros. Además, la Junta, consciente del difícil acceso al empleo juvenil y de la necesidad de especialización de los estudiantes, con el Decreto aprobado recientemente asume también los gastos de la bonificación en másteres o de los programas de movilidad estudiantil.
La Junta de Andalucía nos respalda en los duros momentos por los que pasan miles de familias, castigadas por el un Gobierno central que cada vez pone más impedimentos para acceder a derechos fundamentales como la sanidad o la educación. En contraste con este modo de proceder, la sensibilidad de la Junta ha quedado reflejada esta vez en la bonificación del 99% de las matrículas universitarias, una medida pionera en España que tiene como finalidad igualar la formación superior al resto de servicios públicos básicos. Esperemos que el Gobierno recoja las semillas plantadas en Andalucía y pueda extrapolar nuestro sistema de gestión al resto del país. Sería una buena iniciativa para que, de una vez por todas, la vista del Gobierno central empiece a desviarse desde su propio ombligo hacia los intereses de los ciudadanos de a pie.
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