Todos queremos ver de nuevo tu sonrisa, Gabriel, solo eso

Juan Torrijos
23:30 • 07 mar. 2018

La sonrisa de Gabriel, los ojos chispeantes de Gabriel vienen llenando el despertar de toda España desde hace ya más de una semana. Con su bufanda azul al cuello Gabriel se ha abierto un hueco en los corazones de millones de españoles que se levantan cada mañana con la esperanza de que su sonrisa vuelva a brillar ante sus miradas. Nos hace falta que aparezcas Gabriel. Nos hace falta saber que vuelves a estar con tu madre, en sus brazos arrullado, con tus primos jugando. Nos está partiendo el alma ver la cara de mamá, Gabriel, notar como la tristeza, la amargura de tu ausencia va marcando en su rostro las arrugas del dolor, insoportable dolor por no saber dónde estás, por lo que estarás sufriendo, por no poder darte el último beso de cada noche, por no poder despedirte antes de salir para el colegio cada mañana. Le haces falta Gabriel, mucha falta, no te puedes imaginar la falta que le haces a mamá, a papá, a los abuelos, a los primos, a los amigos. Solo decirte que nos haces falta a todos, Gabriel, a todos. A los voluntarios que te buscan, y a los que desde lejos o cerca vivimos las horas y los días de tu vacío, los que al despuntar el día buscamos tu presencia en los medios, con la esperanza de que en las últimas horas tu sonrisa se haya hecho de nuevo realidad presente en nuestras vidas, esas que hasta hace una semana no te conocían, pero a la que has marcado con tu desaparición. Necesitamos que aparezcas, Gabriel y no perdemos la esperanza de ello, queremos seguir creyendo en la gente de buena voluntad y no podemos imaginar que alguien te tenga retenido, apartado de tus seres queridos. No encontramos motivos que puedan justificar tamaño dolor como el que están sufriendo unos padres, una familia, un pueblo, una provincia, una nación. Necesitamos que aparezcas. Lo necesitamos ya.
Ha sido hermoso Gabriel el comportamiento de miles de ciudadanos, hombres, mujeres y niños que llevan buscándote días y días, soportando viento, frío y agua. Ha sido emocionante ver las imágenes de interminables colas de seres humanos aportando su tiempo y su esperanza para encontrarte. Se cerraba el día con desilusión y a la mañana, tras el descanso, volvían las esperanzas a sus vidas: Hoy encontramos a Gabriel. Y mañana a las doce se reúnen miles para gritar tu nombre. Tu nombre, Gabriel.







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