El ‘ojo por ojo’ no evita el delito

`La preocupación como criminóloga es el uso de casos mediáticos para legislar`

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01:00 • 18 mar. 2018

Durante doce días, en nuestra ciudad, hemos sido ‘testigos’ del caso de Gabriel Cruz, desaparecido el día 27 de Febrero en Las Hortichuelas, Níjar. El desenlace del hecho, así como las consecuencias sociales que ha creado, es lo que me  lanza a exponer un punto de vista criminológico. Dejando a un lado hablar más sobre el fallecido y su familia, los cuales han pedido el mayor respeto y debemos dárselo. 
Estamos acostumbrados a ser espectadores de hechos tan trágicos y mediáticos como este, sin embargo las consecuencias y opiniones personales, que a día de hoy se hacen virales a través de las redes sociales, no nos hacen ningún favor. Desde la Criminología se cree y se lucha por la reinserción del delincuente, tratando de reforzar todos los recursos que se encuentren a nuestro alcance para que el autor de los hechos no reincida. Estamos de acuerdo en que no siempre se consigue, y que hay muchas trabas que lo obstaculizan (fallos en el sistema judicial, obstáculos en el sistema penitenciario, la respuesta de la sociedad, problemas personales, etcétera). Nos equivocamos cuando desatamos tanto odio, usando un lenguaje violento y fuera de un fundamento coherente. Inmiscuirnos en el ‘Ojo por ojo, diente por diente’ no da respuestas, y sobre todo no evitará el delito. Conseguir que la tasa de delincuencia sea del 0%, es imposible, ya que el conflicto está presente en nuestro día a día. Somos seres racionales, con puntos de vista diferentes, necesidades diversas y no podemos evitar que esto ocurra. Se nos olvida, que tenemos un Sistema judicial, que aun que no sea perfecto, es útil, independiente del poder ejecutivo y contamos con la participación de jueces y tribunales imparciales, teniendo el deber de responder a través de una sentencia motivada y coherente. Resalto esto, ya que el odio se ha expandido, y se pide “justicia” antes de conocer la sentencia condenatoria que resolverá el caso y decidirá la condena del acusado/a. Nos encontramos en un Estado de Derecho, en el que todos debemos gozar de garantías procesales y penitenciarias. 
Cometeríamos un grave error si confundiéramos la empatía, las campañas de sensibilización y apoyo a las víctimas de delitos, con las consecuencias judiciales. El populismo punitivo trae consigo, normalmente, un refuerzo de las penas privativas de libertad y un endurecimiento de las penas, lo cual no resuelve el problema de la criminalidad, ni si quiera consigue disminuir  las tasas. Nuestro Derecho Penal  es más punitivo desde la legislatura de Aznar en 1995  que durante la misma Dictadura franquista. 
La pena privativa de libertad no es la única e interesante consecuencia para según qué delitos. La Criminología desea fomentar alternativas a la misma, que den resultados positivos. Al igual que modelos de resolución de conflictos, tales como la mediación, conciliación o arbitraje, en el que diversos profesionales afirman que la víctima queda más satisfecha. Por ello, debemos dejar en manos de profesionales, juristas, criminólogos, sociólogos especializados en la materia, legislar y actuar con exactitud, lo cual no se presenta como tarea fácil. 
La víctima de cualquier delito decide la forma de afrontar su situación con los medios, aportando públicamente la información que quiera. Sin embargo, la post identificación de la sociedad con la víctima no puede ser utilizada como factor político, instrumentalizándola y creando grupos de presión para la creación de normas penales. 
Así pues, la preocupación como criminóloga, es el uso de casos mediáticos para legislar, así como la posibilidad de que los medios provoquen entorpecimiento en las investigaciones policiales (desaparición de pruebas, información falsa sobre el caso...) La TV, la radio, o la prensa no disponen de  datos detallados sobre la fase de instrucción de un procedimiento abierto, por ello es importante mantenerse a un lado y hacer uso racional de las redes sociales.  
El apoyo y campañas de sensibilización para las víctimas no pueden convertirse en lucha o determinar la consecuencia por el delito cometido. Es importante evitar las especulaciones y las propuestas basadas en opiniones personales. 







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