En situaciones convulsas no se suele otorgar generosa y unánime salutación mediática a la presentación de un gobierno, salvo que a los medios se le dé lo que los medios ansían tener: espectacularidad y sorpresa continuada. Al contrario, cuando estos aditamentos no aparecen, es permitido y acostumbrado prescindir de la tradicional cortesía de los cien días para arremeter sin piedad.
En estos tiempos de la “nueva política” estamos descubriendo el significado de estos calificativos que, como se pretendiese esperar, ya no repercuten en la solución a los problemas de la gente. Todo lo contrario. La nueva política es nueva en el arte de la estrategia entre partidos políticos distintos y las perversas tácticas de los rivales que pretenden liderar dentro del propio partido. Estas últimas son las batallas más alambicadas y cruentas cuando las dirige la venganza (Pedro vs Susana).
Llevábamos tiempo sin el sobresalto de la ocurrencia diaria que se prodigaba en el Gobierno de ZP. Ahora, el prometedor sucesor accede al poder desde la singularidad de no poderse votar a sí mismo y con el apoyo en “diferido” de una mayoría que, según expresan, no querían votar a Sánchez sino quitar a Rajoy; pero una cosa lleva a la otra.
No se recuerda un arco parlamentario tan poblado de politólogos masterizados en disciplinas afines al conocimiento y modulación de las conductas de las masas sociales. Así, el populismo y la fina estrategia del oportunismo se ha convertido en el instrumento de convicción para un electorado que sufre el espejismo de la llamada “nueva política” que, dicho sea de paso, no va a solucionar los problemas de la gente, pero nos va a ilustrar ampliamente sobre el marketing y la mercadotecnia parlamentaria.
Pedro Sánchez ha comenzado dando pasos de tremendo efectismo. Comenzó con la inopinada moción de censura y se extiende en la estelar presentación del plantel ministerial. Para empezar, el primer efecto lo consigue con una presencia femenina superior a la de los países escandinavos, que ahora los devalúa a la posición de subcampeones mundiales. La verdad es que siempre he pensado que la paridad impuesta por impostura limita el acceso de mujeres y hombres cuya idoneidad para el cargo queda limitada por esas “cremalleras progresistas”.
Todo iba bien, hasta que se rompe el encanto de la normalidad con la estridencia del lenguaje hembrista. Ahora, como son más mujeres que hombres, el Consejo de Ministros se llama “consejo de ministros y ministras”. ¿Y qué hacemos con el bloque donde moran más mujeres que hombres? Pues le llamaremos comunidad de vecinas y vecinos… y así sucesivamente hasta parecer idiotas sin remedio. En fin. Sólo falta rematar al estilo ZP (portada de Vogue). Valga como sugerencia un reportaje del consejo de ministros y ministras a bordo de un Air Zero G con la experta supervisión de Pedro Duque. Qué oportunidad para Leire Pajín para rememorar la “conjunción planetaria”.
Pedro Sánchez afronta el reto de convertir esta vaporosa fiesta de la presentación ministerial en alguna consistencia que redunde en beneficio de los ciudadanos. Sin duda, el efecto mediático se ha conseguido con las típicas “marcas blancas” de personas muy conocidas en el mundo del arte, ciencia, espectáculo, etc. El problema de los expertos en sus respectivas materias -desconociendo la mecánica de la política- suele conducir a la melancolía.
Un detalle conducente a inesperadas consecuencias será sin duda la contienda Sánchez vs Susana. De momento, Pedro Sánchez enseña músculo a Susana Díaz desde su posición de privilegio. Se lleva al consejo de ministros y ministras a dos susanistas y nombra ministro a su rival de la primarias, Luis Planas. No está nada mal para empezar.
Atentos al posible adelanto de las autonómicas. Susana ya ha recibido avisos y experiencias que le incomodan notablemente. Pedro en el poder podría ser la peor de sus pesadillas potenciando alternativas desde Madrid (Calvo, Planas y Montero); y aún falta por llegar las posibles sentencias sobre Griñán y Chaves. Una resolución judicial desfavorable excitaría a C´s dificultando la continuidad del pacto. Por tanto, elecciones anticipadas y mayoría con el bloque Podemos-IUCA-Pacma… que son menos escrupulosos con los jueces, cuando les interesa. Y en esto, queridos amigos, consiste la “nueva política”.
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