Plataformas regionales de ‘desembarco’

Gonzalo Hernández Guarch
00:30 • 04 jul. 2018

La Unión Europea necesita urgentemente controlar los flujos de inmigrantes tanto africanos como asiáticos, y para ello de pronto a algún consejero de Donald Tusk se le ocurre un invento. ¿Por qué no crear unos campos donde retenerlos y así poder seleccionarlos, ordenarlos y luego decidir quiénes tienen derecho a entrar en el Europa y quienes no?

La situación es tan acuciante, tan angustiosa políticamente, tan desastrosa realmente, que en principio nadie se opuso a la idea. ¡Pero no podemos llamarlos “campos de inmigrantes”! ¡Las connotaciones de ese término son odiosas! Mejor los llamaremos “plataformas regionales de desembarco”. Eso explica lo que realmente se pretende. ¡No podemos seguir ni un día más con la situación actual!


En Africa decenas de millones de personas han decidido llegar a Europa a cualquier costo, jugándose la vida, arriesgando a sus familias, a sus propios hijos,…los ancianos, claro, no tienen lugar ni fuerzas para afrontar una travesía tan arriesgada, donde muchos perderán la vida.



Pero en Mali, en Níger, en Burkina, en Senegal, en Camerún, en Chad, incluso en Marruecos, en el estado fallido de Libia, en tantos estados donde gobierna la corrupción, donde es difícil, casi imposible, sobrevivir, se ve Europa como un cercano paraíso.

También para los que huyen de los Kalashnikov, de las minas anti personas, de la violencia de los señores de la guerra, de las falsas políticas,…en Siria, Iraq, Afganistán, donde sus minorías, los yazidies, los kurdos, los cristianos de Oriente Medio parece que tampoco tienen derechos. 



Pero Europa se está equivocando, no habrá murallas, ni controles, ni concertinas, ni alambres de púas, ni pastores alemanes, ni metralletas que detengan lo que llegará, y por supuesto los campos de inmigrantes, aunque se las quiera llamar “plataformas regionales de desembarco”, se las llame como se las llame, en definitiva campos de concentración del Siglo XXI, tampoco servirán más que para acrecentar la ira y la vergüenza.


¿Se imaginan un lugar rodeado de rejas y vallas de donde no se pueda salir mientras otros lo decidan? ¿Qué creen que sucederá allí adentro? Yo si lo puedo imaginar y lo que veo no me gusta nada.



La única solución pragmática y viable es invertir en los países en cuestión en avances sociales, acabar con las guerras y con los déspotas que viven de ellas, hacer pozos, crear regadíos e infraestructuras de comunicación, fomentar las industrias, dotarlos de servicios médicos eficientes, escuelas, profesores. Proporcionarles seguridad a largo plazo.


No es una utopía, es perfectamente realizable, es una obligación moral y pragmática, o seremos testigos de cómo el sueño europeo se deshará como un azucarillo, volverán las viejas rencillas, y aparecerá un nuevo fascismo y una nueva intolerancia, empujada por aquellos que creen que los que llegan no tienen derechos. 


Las “plataformas para los inmigrantes” no son una buena idea, como tampoco lo es negarles el asilo que requieren por su condición de personas. Lo único que funcionará será un Plan Marshall 2.0 con una dotación económica suficiente que invierta en el futuro de esos países y pueda acabar de una vez con las guerras fomentadas por aquellos que viven de ellas.

Lo demás son historias.



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