A la desesperada

Fermín Bocos
00:27 • 16 abr. 2019 / actualizado a las 07:00 • 16 abr. 2019

A la vista de la tendencia que apuntan todos los sondeos de intención de voto se puede entender la crispación que se detecta en el discurso de Pablo Casado. Es comprensible que se le haga cuesta arriba encajar que Pedro Sánchez vaya por delante en las encuestas y que el PSOE le saque más de diez puntos de ventaja al PP. Le cuesta admitir que Sánchez, un político que hasta hace poco iba de fracaso en fracaso -fue derrotado en las dos elecciones a las que se presentó-, ahora, apenas un año después, tras su llegada al poder vía moción de censura aparezca como claro vencedor en los sondeos.


Son muchos los factores que podrían explicar por qué el "resucitado" Sánchez, tras imponerse a los barones de su propio partido y haber sabido exprimir al máximo los resortes que otorga el poder -desde el BOE al Falcon, pasando por el escaparate televisivo de la agenda internacional-, va camino de ganar en los comicios del 28 de abril. El PP, pese a que a escala de la Diputación Permanente todavía dispone de la mayoría que obtuvo en las última elecciones cuando Mariano Rajoy era el líder del partido debería ir acomodando su discurso a la realidad actual. Que aunque lo parezca, no es virtual, es real. Pablo Casado navega con el viento en contra y la irrupción de Vox por su flanco derecho está canibalizando una parte notable del electorado de los populares. Optan por la lista que encabeza Santiago Abascal quienes no perdonan al PP la política de apaciguamiento seguida por Rajoy con los separatistas catalanes. Vox no tiene otro discurso, pero al decir de los sondeos, les está funcionando. Y en ése registro por aquello del "original y la copia", Casado lleva las de perder. Otro de los factores que amenazan el sueño de Casado de convertirse en el próximo presidente del Gobierno es el que remite a la fragmentación del voto de las derechas y su principal consecuencia a la luz de la ley d'Hont. Obtendrían más votos que la suma de las izquierdas pero serían superadas en número de escaños. A falta de dos semanas para que se abran las urnas, las cosas pintan mal para el PP en particular y para la derecha española en general. Ciudadanos está mejor que en anteriores comicios pero sus expectativas de crecimiento a fuer de modestas se revelan insuficientes para repetir el "milagro andaluz" de un gobierno de coalición. Ya digo que se puede entender la desesperación de Pablo Casado porque todo se le ha puesto en contra.






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