La verdadera amenaza de la izquierda

Antonio Felipe Rubio
07:00 • 31 may. 2019

“¡Que se atengan a las consecuencias, vamos a ser muy duros!”. Así amenazaba a gritos Juan Manuel Sánchez Gordillo al final de la noche de las elecciones en Marinaleda. Este dictador comunista gobierna en Marinaleda al estilo estalinista desde 1979 manteniendo el control social en este pastueño parque temático del comunismo. El trasnochado y agresivo garante del “progresismo” dijo textualmente a sus vecinos: “La gente que da la cara por este proyecto (el suyo) va a tener recompensa -insiste-, las viviendas primeras van a ser para aquella gente que más dio la cara por este proyecto. Y el que no ha dado la cara no va a tener recompensa, va a ser destinado a las tinieblas si hace falta”. Así amenazó el alcalde a los componentes de la formación Avanza Marinaleda, que se ha quedado a sólo 44 votos de arrebatarle la alcaldía. Sánchez Gordillo señaló así, con todo desprecio, a los 847 “traidores” de Avanza Marinaleda que votaron en su contra y que, al parecer, los tiene a todos identificados.


Progresismo de tinieblas  Evidentemente, este fantoche y mamarracho de la progresía más perroflauta, del pañuelo palestino y camisa almizclada es un magnífico exponente del “progresismo de las tinieblas”. El comunismo, como régimen más criminal de los 102 últimos años, ha conocido grandes dictadores, saqueadores y asesinos genocidas sanguinarios que han logrado, desde la llamada revolución proletaria, llevar a pueblos enteros a la absoluta miseria y opresión. Para Stalin la purga y gulag eran su particular condena a las “tinieblas”. Falta saber si para el mamarracho Gordillo existen idénticas expeditivas inclinaciones de “justicia social”; de momento, lo deja en “tinieblas”, lo que no es precisamente tranquilizador para los que caigan en ese estigio escenario. Menciono esta barbaridad del rancio adalid de las izquierdas como argumento de las “bondades” de los pactos de izquierda sustentados por los partidos PSOE, IU, comunistas, independentistas, Podemos y confluencias… y que se han prodigado en anunciar el grave riesgo de la posible llegada de las derechas y la extrema derecha, en clara alusión a PP, C´s y Vox. Además, el PSOE ha perseguido insidioso y tratado de hacer confesar al PP el posible pacto con Vox o C´s si se diesen las condiciones necesarias para ello; eso sí, calificando de fraude “antidemocrático” que el PP pudiese acercarse a estas formaciones, pero dejando claro que al PSOE nadie le reprocha nada, y que tiene todo el derecho a aliarse con los comunistas, independentistas, nacionalistas, anticapitalistas… y toda suerte de fauna antisistema parasitaria.


Deberse a todos Una vez conocido el discurso del comunista Sánchez Gordillo, veamos cuál fue -esa misma noche y casi a la misma hora- el discurso del candidato a la alcaldía de Almería por el Partido Popular, Ramón Fernández-Pacheco: “Me dirijo especialmente a los que NO me han votado (…) sabed que a partir de mañana voy a trabajar intensamente y sin exclusión para hacer todo lo posible por mejorar vuestro barrio y hacer más fácil vuestras vidas y las de vuestras familias (…) porque soy el alcalde de todos, y a todos sin distinción me debo y apoyo”. 



En fin, no hay más comentarios al respecto.


Los primeros en recibir las viviendas y los condenados a las tinieblas no es una exageración en el arrebato de la noche electoral. Este proceder ha sido el del PSOE y sus colaboradores necesarios durante casi 40 años en la Junta del PSOE de Sevilla. Las paguicas, la casica, la ayudica y las subvenciones; y las concesiones administrativas; y las licencias; y los beneficios discrecionales…  ha sido la vergonzosa política social de la progresía. Durante 40 años la izquierda ha generado y degenerado los más impresentables saqueadores en la región con mayor potencialidad de Europa. Quizá no lo hayan dicho tan claro y amenazante como lo expresó Gordillo, pero a efectos prácticos, la Junta del PSOE ha actuado con las mismas claves sectarias que otorgan a la izquierda y sus extremos la cualidad de verdadero peligro para la convivencia. Y, una vez consumidos los argumentos “progresistas”, hay que levantar fantasmas del pasado que mantengan la beligerancia revanchista activa que, en el fondo, es uno de los pocos recursos que les quedan para mantener la escenificación sobreactuada de la frontera ideológica.  



La infecta y antidemocrática amenaza de Gordillo no será, en modo alguno, motivo para dimitir o pedir disculpas; ni espero que actúe Fiscalía de oficio por extorsión, malversación y amenazas. Al fin y al cabo, no ha protagonizado una saca o disparado en la nuca a nadie. ¡Tampoco es para ponerse así! Y es que la extrema izquierda suele minimizar sus tics fascistas con la soltura y el desparpajo que le otorga su propia incultura y la escasa convicción democrática. Por lo menos, hay que agradecer que no terminaran la “fiesta de la democracia” -como en otras ocasiones- yendo a robar al Mercadona.       





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