Socialistas y podemitas se observan con malas caras y más que recelos. La negativa de Pedro Sánchez a compartir el Consejo de Ministros con Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos, es sobre todo un problema para el propio Iglesias cuya estrategia política la ha viene resumiendo en gobernar con el PSOE. A mi me parece comprensible que Pedro Sánchez se niegue a formar un gobierno de coalición con Podemos. En primer lugar porque tener a Pablo Iglesias en el Consejo de Ministros es tener otro Presidente de Gobierno. Iglesias es mucho Iglesias y sin duda haría valer su liderazgo sobre todo porque Pedro Sánchez ha reducido su presencia política a salir mucho en la tele.
Vamos que es un fiel alumno de Mariano Rajoy al que llamaban el "líder del plasma". Rajoy esquivaba a la prensa cuanto podía y Sánchez hace otro tanto de lo mismo. Pero eso sí, tenemos información puntual de lo que bien que queda en las cumbres europeas o en sus viajes internacionales. Ese es el mejor Pedro Sánchez.
Así que frente a un Presidente silencioso y esquivo con Pablo Iglesias tendríamos un copresidente sin reparos en hablar con los medios de comunicación y estar presente en el día a día.
A eso hay que añadir que, sin duda, hay diferencias ideológicas de fondo entre el PSOE y Podemos. No, no es lo mismo la socialdemocracia que un movimiento populista de izquierdas, de raíz comunista. De manera que por muy buena voluntad que pusieran las dos partes tarde o temprano saltarían chispas.
Otro elemento, seguramente también importante, es la sintonía personal. No soy una experta en leer y escudriñar el lenguaje corporal pero me parece bastante obvio que, ni Pedro Sánchez termina de estar cómodo con Pablo Iglesias ni Pablo Iglesias con Pedro Sánchez. Las sonrisas que se prodigan sugieren impostura. Ahora está por ver si Pablo Iglesias acepta el envite de Sánchez y por tanto vota "sí" a su investidura sin la contrapartida que buscaba, la de entrar en el Gobierno.
La disyuntiva para Podemos es complicada. Si avala la investidura de Sánchez se evidenciara el fracaso de Pablo Iglesias que saldrá debilitado de todo este proceso. Peor si no facilita la investidura quién sabe si le castigara una parte de su electorado.
Vamos, que es Pablo Iglesias es el que más pierde con una opción u otra. Y es que ha cometido el error de librarlo todo a una sola carta, la de entrar en el Gobierno.
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