Aunque quejarse es un pasatiempo propio de incapaces y la obsesión por la memoria es un recurso contra el que ya advertía Einstein al recomendar no guardar en la cabeza nada que no pudiera caber en un bolsillo, creo que en ocasiones merece la pena, aunque sea por justicia poética, precisar algunos aspectos del pasado reciente.
Como saben, el próximo 10 de noviembre se van a repetir las elecciones después de que se haya consumado la incapacidad total del presidente-candidato Sánchez para dialogar y alcanzar acuerdos. Será el fin de un largo periodo de improductividad y paralización que se inició -y aquí es donde quiero llegar- tras una extraña moción de censura que desalojó del poder al gobierno de Rajoy. Y digo que fue algo rara porque la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional acaba de confirmar algo que ya se había apuntado: la inconsistencia del soporte argumental sobre el que el Dr. Fraude ensambló una acumulación de votos suficientes para hacerse con las llaves de la Moncloa y cambiar el colchón. El Pleno ha puesto de manifiesto que las valoraciones que realizó el magistrado José Ricardo De Prada sobre la caja B del PP en la sentencia de Gürtel “destruyen la necesaria apariencia de imparcialidad que debe reunir todo miembro de un tribunal de Justicia”.
Recuerden además que el eje de la moción de censura fue una frase textual del fallo judicial de De Prada que decía que el Gobierno de Rajoy “creó en paralelo un auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional.”
Por eso era necesaria le llegada del “gobierno de la dignidad, etcétera”. Pero tras esa moción, Sánchez no ha logrado un bloque sólido que le permita gobernar y se ha dedicado a colonizar las instituciones (hasta la propia Moncloa, según la Junta Electoral) y a montar espectáculos histórico-políticos para crear así el ambiente favorable a que el 10-N puedan salirle por fin sus cálculos. Esos fueron los polvos que preludiaron el resbaloso panorama actual. No lo olviden.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/181152/de-polvos-colchones-y-lodos