A medida que pasan las horas se afianza la creencia de que el acuerdo entre el PSOE y ERC para que los independentistas catalanes se abstengan en la investidura de Pedro Sánchez está cerrado. Parece que sólo falta definir cómo será presentado a sabiendas del rechazo que genera en amplios sectores de la sociedad por una parte el papel decisivo de los separatistas en la investidura y por otra la presencia de ministros comunistas en el próximo Gobierno de España.
Más allá de los círculos sanchistas, las negociaciones con Esquerra no gozan de grandes simpatías. En general, salvo entre quienes simpatizan con Podemos, la idea de que Sánchez está dispuesto a pagar el precio que le exigen -ERC mantiene su discurso de autodeterminación y reclama un referéndum- es origen de criticas también entre algunos sectores socialistas. Se detecta un malestar de fondo fruto de la impresión muy extendida de que al frente de la nave está un hombre falto de principios y voluntariamente desmemoriado puesto que ayer dijo una cosa y hoy mantiene la contraria.
Estamos asistiendo al proceso de entronización de un político de escaso fiar y ese rasgo de su personalidad también es conocido por sus actuales socios de ahí que los negociadores de ERC exigen al Gobierno que consiga de la Abogacía del Estado un pronunciamiento favorable a la excarcelación de Oriol Junqueras, condenado por sedición a trece años de prisión. Las restantes condiciones de ERC no han trascendido en su literalidad pero lo que se sabe, por ejemplo, acerca de otra de las exigencias: una Mesa de partidos de naturaleza bilateral y extra parlamentaria, parecen algo más que conjeturas.
El momento político se complica, pues para el Jefe del Estado cuyo discurso de Navidad se redacta en un momento en el que la política española ha entrado en una fase muy complicada. Cundo se dirija a la Nación, en Nochebuena, el Rey Felipe VI no podrá obviar una referencia a los graves disturbios de hace unos meses en Cataluña, una revuelta alentada por quienes desde la presidencia de la "Generalitat" apoyan la independencia. Entre ellos está ERC, el socio con el que el PSOE negocia la investidura del futuro Presidente del Gobierno. La tensión a la que la investidura de Pedro Sánchez está sometiendo al país, no tiene precedentes. Puesto que todo indica que el acuerdo con Esquerra está cerrado, no hace falta ser un lince para avizorar que se avecina una legislatura que se caracterizará por una gran inestabilidad política. Mal regalo de Reyes.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/184105/mal-regalo-de-reyes