Del folk a la discoteca

Ramón García
07:00 • 10 mar. 2020

Nuestro país nos ha proporcionado muchos dúos musicales míticos, desde los eternamente dinámicos Manolo y Ramón, pasando por los flamencos Lole y Manuel o Las Grecas, mezclando rumbas con rock y psicodelia. Incluso los inquietantes Enrique y Ana, que nos amargaron la infancia a más de uno. Pero si hubo una pareja que representaba todo lo puro y casto de nuestra patria y a los que toda madre anhelaba tener como nuera o yerno, estos fueron Sergio y Estíbaliz.


No hace mucho recuperé, gracias a esa moderna moviola llamada YouTube, unas imágenes de aquellas tardes de sábado a finales de los 70 en las que no teníamos más opción musical que zamparnos aquella estrambótica revista televisiva de Uribarri llamada Aplauso y allí aparecía lo que hoy en día se hubiese denominado la versión 2.0 de este matrimonio. La casi siempre melosa pareja, spin off de Mocedades, se desmelenaban con algo que sonaba mas a parecido a Boney M o al Miguel Bosé del Super Superman que a su estilo habitual. Con su trabajo Beans (1979), incursionaban en la disco-music y era digno de ver al otrora modosito Sergio Blanco simulando una adolescencia que ya le venía un poco grande, pero realizando una meritoria coreografía nada menos que con el Ballet Zoom.


Pero si buceamos en sus producciones anteriores –casi todas férreamente dirigidas por el ubicuo Juan Carlos Calderón– aparecen ya incursiones en muy diferentes estilos musicales, denotando su gusto por el góspel y el country folk americano, con temas como el clásico Sometimes I feel like a motherless child, Deep River o Ruby Jean and Billie Lee. O también influencias jazzisticas en Un sombrero y un saxo –unos jóvenes Mecano seguro que la escucharon con mucha atención- o la muy swinguera 1940, con unos arreglos para big band más que interesantes. También escondidas en su famoso disco Piel (1974) aparecían dos curiosas versiones, Tomorrow is a long time, de Dylan y la famosa Act Naturally, popularizada por The Beatles, donde encontrábamos al propio Sergio tocando con bastante soltura una steel guitar.



Como veréis, merece la pena revisar su discografía, de la que al final solo se suele recordar lo obvio representado por temas mucho más clasicones como Búscame, ¿Quien compra una canción? o la eurovisiva Tu Volverás.


Mi buen amigo el Ché, que me acompañó en este viaje radiofónico-musical, acabó afirmando que Sergio, sin la intervención de Estíbaliz ni Calderón, podría haber formado un magnífico dúo consigo mismo. Aunque yo no sea de la misma opinión, si que os invito a re-escuchar todos sus discos de esa época y que os forméis vuestro propio criterio.





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