El peligro de reaccionar tarde ante una pandemia

La pandemia COVID-19 (coronavirus disease-19) no es la primera debida a coronavirus. Tenemos dos antecedentes por coronavirus: el síndrome respiratorio agudo severo (SARS de las siglas en inglés), en 2003, y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), en 2015. La actual pandemia comparte con las anteriores el fenómeno de la “super-dispersión”, la extraordinaria capacidad para contagiar a otras personas por contacto con una infectada, y la rapidez para una dispersión global mundial merced al transporte aéreo. Adicionalmente, el coronavirus de COVID-19 muestra dos características que lo hacen más peligroso: su elevada transmisibilidad y la existencia de casos asintomáticos o con sintomatología muy suave que pasan como personas sanas cuando en realidad están infectadas, que contribuyen a diseminar la enfermedad mediante un proceso de trasmisión encubierto.

Las señales iniciales son preocupantes: las estimaciones iniciales sitúan el número reproductivo básico del coronavirus en 3,11, con una tasa de mortalidad del 3%, no muy diferentes de la gripe “española” (Lee 2020). Los modelos matemáticos que simulan la evolución de la pandemia en el tiempo establecen que, valores del número reproductivo superiores a 2,5, convierten a la pandemia en muy difícilmente controlable; que la no detección de los infectados asintomáticos agrava el problema; que el número inicial de casos es importante; que el confinamiento de la gente debe hacerse de manera drástica y rápidamente.

El 31 de diciembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue alertada de la emergencia de casos de una neumonía de origen desconocido en la ciudad de Wuhan (China). El 30 de enero de 2020 la OMS declaró la enfermedad respiratoria aguda, COVID-19, una emergencia de salud pública de ámbito internacional. 

Por su parte, en España, el Gobierno decidió aplicar medidas de confinamiento y reducción de los contactos interpersonales el viernes ¡¡¡13 de marzo!!!… Sin comentarios.

Todas las medidas que tuvieron éxito para erradicar el SARS se han tomado o se están tomando. Algunas puede que, desgraciadamente, demasiado tarde.