Cada 25 de noviembre nos sumamos a la conmemoración del Día Internacional contra la Violencia contra las Mujeres. Además, en este 2020 se cumplen 20 años de la designación de esta fecha por Naciones Unidas. Y, como cada año, quiero mostrar mi apoyo a todas las víctimas maltratadas y /o asesinadas, a sus hijos e hijas huérfanos; a sus madres, padres, hermanos, hermanas y amistades. Compartimos su dolor y combatimos su causa.
Los datos siguen siendo terribles: más de 200 mujeres han sido asesinadas en Andalucía desde 2003; 8 en lo que va de año según los últimos datos del Ministerio de Igualdad. El pasado mes de octubre conocimos los datos de la “Macroencuesta de violencia contra la mujer”, que arrojan unas cifras inasumibles: el 34,2% de las mujeres han sufrido violencia por parte de sus parejas o exparejas. El 47,2% no han denunciado ni han utilizado los servicios públicos de ayuda. El 40,4% de las mujeres ha sufrido acoso sexual a lo largo de su vida, cifra que se agrava hasta el 60,5% de las mujeres de entre 16 y 24 años. Las cifras aumentan entre las mujeres jóvenes. Además, 5 de cada 10 mujeres víctimas de violencia de género con hijos o hijas afirman que éstos sufrieron también violencia por parte de sus parejas.
La violencia contra las mujeres es especialmente dura en las zonas rurales. El aislamiento que sufren las víctimas de violencia de género es triple: por la escasa participación de los espacios públicos y la relegación al ámbito privado, por estar aisladas geográficamente y por identificar su propia situación como un proceso individual. Según los datos facilitados por FADEMUR (Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales), en nuestra provincia hay más de 2.300 casos activos por violencia de género. Este problema es aún mayor en los municipios pequeños y en el medio rural, donde la violencia hacia la mujer está aún más invisibilizada y supone cerca del 30% de las denuncias totales.
Este año, además, la situación se ha visto agravada por la pandemia que asola a todo el mundo y que afecta a las mujeres con más intensidad, y de forma concreta, por la desigualdad estructural en la que se encuentran, siendo especialmente terrible para las mujeres víctimas de violencia de género. Es por esto que me preocupa la situación que estamos viviendo en la Junta de Andalucía, que no ha convocado en 2019 y en 2020 las ayudas del Instituto Andaluz de la Mujer a mujeres víctimas de violencia de género que participen en cursos de Formación Profesional para el empleo y ha claudicado ante VOX al aprobar el teléfono de violencia intrafamiliar, confundiendo a la ciudadanía, y olvidando que ya están atendidos los menores, los mayores y las mujeres con un teléfono específico, y todas las víctimas con el SAVA. Aparte, ha sido incapaz de usar todos los recursos disponibles, ni hablar de aumentarlos.
A esto le sumamos que en Almería los Centros de la Mujer han sido cerrados por parte de equipo de gobierno de PP. Desde el PSOE denunciamos que no se puede permitir que estos centros, que son una ventana abierta a la igualdad, se hayan cerrado y más en momentos como el que vivimos una pandemia terrible y muchas mujeres necesitan de este servicio. Desde estos Centros se prestan asistencia jurídica para casos de violencia de género y se hace urgente su apertura.
La violencia de género no tiene cabida en la sociedad que aspiramos a ser, ni en la democracia que queremos consolidar. Eliminarla de nuestras vidas y proteger a las víctimas es nuestra obligación. La violencia machista nos interpela a todos y debemos combatirla con todos los medios a nuestro alcance.
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