El volcán

La ministra Reyes Maroto celebra el “maravilloso espectáculo” como un reclamo para los turistas

Antonio Casado
07:00 • 21 sept. 2021

A diferencia de lo ocurrido con Filomena en el orden natural, la pandemia en el sanitario y la marcha neonazi de Chueca en el orden del día de la delegación del Gobierno, ahora sí ha funcionado la prevención por parte de los poderes públicos debidamente asesorados por los expertos del Instituto Geográfico Nacional y, en general, por los excelentes especialistas en Vulcanología que tienen a las Islas Canarias como su primer objeto de seguimiento y estudio. Pero el tema no ha dejado de vulgarizarse desde que el cono reventó el domingo pasado poco después de las tres de la tarde (hora canaria). El volcán de La Palma ya es un yacimiento de muletillas verbales para uso y abuso de comentaristas de la actualidad.



Y es que la erupción del Cumbre Vieja nos hace vulcanólogos, como la pandemia nos hizo virólogos, del mismo modo que el inexplicable salto a la fama de Sánchez convirtió en politólogos a la media España que reniega de la otra media.



Mientras la televisión autonómica de las Islas Canarias (RTVC) prestaba un impagable servicio público con la puntual difusión en directo de las imágenes a todo el mundo, se multiplicaban los necios que no quieren perderse la angustia de quienes tenemos un nudo en la garganta a la espera de novedades sobre la evolución del fenómeno natural.



Dos ejemplos al respecto: la ministra Reyes Maroto celebra el “maravilloso espectáculo” como un reclamo para los turistas. Y una avispada reportera pregunta a un experto si no sería posible apagar el agresivo volcán de La Palma. Pone los pelos de punta toparse con la desinformación por incompetencia o con un gobernante que habla de beneficios turísticos cuando la lava ya está arrasando campos y propiedades. Que los dioses nos asistan y no consientan que los efectos de esta iracunda manifestación de la Naturaleza vayan más allá de lo que ya han ido respecto a casas arrasadas por el avance de la lava hacia la costa y el desplazamiento preventivo de miles de personas en varios municipios de la isla (Tazacorte, El Paso, Fuencaliente, Mazo y Los Llanos, salvo error u omisión).



En este sentido, el de la eventualidad de males mayores, es estremecedora la simulación de la BBC sobre el tsunami que podría arrasar la ciudad de Nueva York si el volcán Cumbre Vieja acabase deslizándose hacia el mar, según pretende demostrar un estudio publicado en 2001 en la revista “Geophisycal Research Letters”. Ahí queda la inquietante hipótesis de los geólogos Simon Day y Steven Ward. Que sirva al menos para recordarnos que nada hay tan globalizado como la propia Naturaleza.



Amén.





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