Al alcalde de Almería y al equipo de gobierno del Partido Popular hay que ponerle una alfombra roja porque en las últimas elecciones municipales les votaron 34.000 almerienses. O un cheque en blanco para que hagan lo que estimen oportuno. Esta es la conclusión que sacamos desde la oposición, después de escuchar al propio alcalde y a varios de sus concejales en el último Pleno del Ayuntamiento de Almería. No fue una respuesta a un pleno de investidura. Tampoco a un pleno sobre el Estado de la Ciudad. Fueron las respuestas a mociones que presentamos desde la oposición, entre ellas las dos del Grupo Municipal Socialista en defensa de las mejoras en la Plaza Pavía y el barrio de Cortijo Grande.
Me pregunto qué concepción de la democracia tienen el PP, el alcalde y su equipo de gobierno, cuando, de forma sistemática, ningunean a la oposición, con la soberbia y la altivez propias de quienes se creen dueños de los votos de todos los almerienses. El alcalde debe asumir que fue elegido por 34.000 almerienses, pero que gobierna para 200.000, entre ellos los 45.000 almerienses que no le votaron para ocupar el sillón de la Alcaldía. Se trata de democracia.
Desde las filas populares adujeron argumentos bastante peregrinos para tumbar las mociones que desde la oposición llevabamos al pasado Pleno del Ayuntamiento. Para sorpresa, ahora resulta que, con tan solo levantar el teléfono, los problemas de los almerienses se solucionan. ¿Dónde van las reclamaciones por escrito y peticiones de los vecinos? Da igual que se nos niegue la información que les solicitamos, da igual que los vecinos hagan múltiples escritos denunciando la situación de sus barrios o que desde las redes sociales se reclame más atención a la limpieza o la seguridad en nuestros barrios.
La oposición tiene el deber de fiscalizar al equipo de gobierno y proponer en el Pleno lo que reclaman los almerienses para buscar acuerdos que mejoren la calidad de sus barrios, de sus parques, etc. Para el equipo de gobierno del Partido Popular, la oposición debe ser sumisa y servil, además de ser agencia telefónica. Lamentablemente, la realidad es muy opuesta a la ensoñación que sobrevuela al alcalde.
Realidad que podemos palpar con tan solo salir a la calle y hablar con los vecinos y colectivos. En el caso de la Plaza Pavía, solicitamos en el pasado pleno una mejora en el entorno del mercado, más limpieza, reposición de los elementos defectuosos y convertirlo en un punto de atracción turística, comercial, gastronómica y cultura. Por otro lado, para Cortijo Grande pedíamos la creación de un huerto urbano, un parque biosaludable, un aseo la pista de petanca que usan nuestros mayores y una mejor limpieza de los solares del barrio.
Esta actitud denota la manera de gobernar de este alcalde y sus concejales. Están acostumbrados a solucionar los problemas a dedazos, como hemos podido comprobar en los reconocimientos extrajudiciales de crédito, donde el Ayuntamiento está pagando facturas, muchas de ellas sin contratos previos que den soporte a estas contrataciones. Les basta con levantar un teléfono. Esta es la forma de gobernar del alcalde y del PP, tras 18 años en el poder. Para ellos, votar bien es votarles a ellos.
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