Brujas y brotes

Para prever que el porvenir que tenemos ante nosotros es más bien sombrío no hace falta pararse a consultar en los calderos de las brujas del páramo, como hizo Macbeth, o pronosticar rumbosamente ante los fogones que el futuro es muy oscuro trabajando en el carbón, como hizo Antonio Molina. Con ir leyendo las portadas de la prensa local nos vamos haciendo una idea del drama que tenemos en cartel. Y si me pongo más bien lírico es porque la última víctima de la crisis han sido las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro, que se han quedado sin subvenciones públicas capaces de mantener la calidad del proyecto. Después de la negativa de subvención por parte del Ministerio de Cultura, la ausencia de apoyos por parte de la Junta de Andalucía ha acabado suponiendo la estocada final del lance. La directora de las Jornadas, Ascensión Rodríguez Bascuñana, lamenta esta falta de apoyo que, en su opinión, habría sido determinante para no tener que suspender la representación del esperado Macbeth de Shakespeare, obra estrella del cartel. Y esto, naturalmente, no sólo es una mala noticia, sino sobre todo un pésimo indicio. ¿Tiene dinero la Junta de Andalucía para algo? Después de lo de la Extreme Sailing Series, llega ahora el naufragio de las Jornadas de Teatro. ¿Podemos pensar que alguien ha insuflado en los responsables autonómicos –como hacía Lady Macbeth con su marido- un ánimo taimado? “Para engañar al mundo, toma del mundo la apariencia; pon una bienvenida en tu mirada y en tus manos y lengua; procúrate el inocente aspecto de una flor pero sé tú la víbora que oculta”. Ah, qué pena que estas interesantes Jornadas de Teatro se vean sometidas al filo inclemente de la crisis. Y para hacer más sangrante la noticia, vean si no la paradoja final: la muerte de Macbeth se produce cuando, cumpliendo la profecía de las brujas, el bosque de Birnam avanza sobre su castillo. Pero los árboles no se movían, claro. Los que iniciaban el asalto eran los soldados enemigos, que habían colocado sobre sus cascos… brotes verdes.