No podemos resignarnos a que se asuma con normalidad la tragedia dolorosamente cotidiana de la violencia machista porque tras la frialdad de cada cifra y de cada porcentaje está la vida de una mujer. Ante efemérides como ésta del 25-N cabe preguntarse si cada uno de nosotros puede hacer algo más por evitarlo, si nuestro Ayuntamiento, como administración más próxima a los almerienses puede hacerlo. El ámbito local debería jugar un papel fundamental en la prevención, así como en la información, asesoramiento, protección y acompañamiento a las mujeres víctimas y sus hijas e hijos. Pero la realidad evidencia que, a pesar de los terribles datos y de las iniciativas del PSOE en esta línea, algunas de las cuales se han aprobado en Pleno, el PP apenas hace gestos hacia la galería y olvida sus compromisos.
En la actualidad, el Ayuntamiento no presta una atención especializada jurídica y psicológica en el centro de la Mujer, tal y como se aprobó en Pleno, a propuesta del PSOE. Pasado el COVID los centros de la mujer han ido abriendo para dar cursos, pero no para prestar ayuda a la victimas de violencia de género. Ningún interés partidista debe estar por encima de la lucha contra una violencia que suma cada día dolor e injusticia y que nos avergüenza como sociedad.
También Almería se declaró en Pleno, a propuesta del PSOE, ‘Ciudad libre de violencia de género’, pero no se han puesto en marcha ni siquiera programas laborales para apoyar y ayudar a las victimas de maltrato. Tampoco el alcalde considera necesario contar con un Observatorio para la Igualdad, que tanta información podía proporcionar, y ni siquiera ha llegado a negociar un protocolo de actuación frente al acoso entre sus propios trabajadores.
Se aprobó en Pleno la creación de una mesa para poner en marcha un ‘Pacto Local de Lucha contra la prostitución y la trata’, verdadero problema en nuestra ciudad, como ha puesto de manifiesto incluso la fiscalía, y nada se ha hecho al respecto. Es muy importante que, en el marco de las competencias locales, las políticas públicas en materia de servicios sociales, sanidad, seguridad e igualdad tengan como objetivo la abolición de la prostitución.
La trata con fines de explotación sexual no puede desligarse de la prostitución. Son dos caras de una misma realidad ya que la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual existe porque hay demanda. Y la explotación sexual, después del asesinato, es la forma más terrible de violencia contra las mujeres.
Desde el Partido Socialista impulsamos el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que supuso el reconocimiento de que existe un tipo específico de violencia, la violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de ser mujeres y supuso un cambio completo de perspectiva. Ahora, es urgente la aprobación de la Ley Orgánica de Garantía de la Libertad Sexual, la conocida como Ley del ‘Solo Sí es Sí’, para que el consentimiento de la mujer sea el aspecto fundamental sobre el que se configuran los delitos contra la libertad sexual. Almería es la quinta provincia de España con mayor índice de delitos sexuales, según la Dirección General de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad. En nuestra provincia, durante el año 2020 se han registrado 266 delitos sexuales, cantidad que aumenta un 2 por ciento en los primeros meses del año 2021.
En definitiva, la violencia contra las mujeres es incompatible con una sociedad plenamente democrática. Garantizar la libertad, la seguridad y la vida de las mujeres, y proteger a las víctimas, no es una opción, es una obligación democrática. Esta guerra silenciosa contra las mujeres nos interpela y los ayuntamientos deben combatirla con todos los medios a su alcance.
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