Cuando se anuncia el buen ritmo de las obras de adaptación del Cable Inglés (Cargadero de Mineral), resurge de nuevo la conciencia de la larga espera que ha acompañado a este importante monumento arqueológico industrial, durante más de cien años. Con todos los avatares sufridos, el acoso a que estuvo sometido, los intentos de hacerlo desaparecer, incendios provocados, mociones del Ayuntamiento para su demolición, el Cable Inglés está vivo de milagro. Ni el bombardeo de la escuadra alemana, durante la guerra civil, sobre Almería, pudo con él. El Cargadero de Mineral es un superviviente.
La construcción del Cable Inglés se realizó entre 1902 y 1904. En 2004 se conmemoró su Centenario. Una toma de conciencia de su importancia se proyectó en los sectores institucionales y de la ciudadanía. El experto en arqueología industrial, Julián Sobrino, proclamó el gran significado: “El Cable Inglés hay que mirarlo como un edificio territorio”. Según el arquitecto Ramón de Torres, director técnico de la remodelación y testigo de las diversas iniciativas para su conservación, con una especial mirada sobre todo el conjunto, “hay quien lo ve como una Torre Eiffel acostada”.
Bien de Interés Cultural En 1998 fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) de Andalucía. Y así se garantizó su protección y conservación.
Pero la vida del Cable Inglés no ha sido fácil, desde el momento en que concluye su actividad de transporte minero. El monumento molestaba para los intereses urbanísticos del Ayuntamiento de Almería, que intentó derribarlo con sendas mociones, en las corporaciones franquistas de 1975 y 1977, pero que provocó reacciones en su defensa. También sobrevivió a incendios provocados en 1996. Incluso la propietaria, Agrominsa, promovía la demolición para su venta como chatarra.
El Ayuntamiento con Santiago Martínez Cabrejas, alcalde, ya en democracia, promovió la conservación del Cargadero aunque se pretendió la demolición del puente de piedra. El debate saltó a la calle. Los conservacionistas siempre han defendido la unidad de los dos elementos: Puente de piedra y Cargadero. También, con Juan Megino, alcalde, se promovió el derribo, pero el Cable Inglés ya estaba protegido. Al final, Juan Megino se pasó al lado proteccionista.
Una mesa redonda en el Colegio de Arquitectos de Almería, con todos los criterios a favor de la conservación, advirtió de un alarmante proceso de degradación.
La Junta de Andalucía opuso en marcha un proyecto de rehabilitación, con los arquitectos Ramón de Torres y Pedro Salmerón. En 1996, la entonces consejera de Cultura, Carmen Calvo, visitó Almería y anunció oficialmente la adquisición del Cable Inglés, como espacio para el Centro Andaluz de la Fotografía, según una idea del fotógrafo Manuel Falces. Este mismo año el Colegio de Arquitectos de Madrid presenta la exposición “Proyectando el Cargadero”. Y el cineasta almeriense José Herrera presenta su cortometraje “Herrumbre”, la imagen sobre la estética de su estructura metálica. A pesar de la protección, en 1998 todavía hubo nueva campaña de demolición. Alfonso Ruiz (Gabinete Pedagógico de Bellas Artes): “Es una barbaridad negar esta memoria histórica del siglo veinte”. Y una de las significativas voces culturales a favor del Cable Inglés fue la del poeta José Ángel Valente.
Proyecto Ciudad En 1999, el Instituto de Estudios Almerienses (IEA) y el Colegio de Arquitectos promueven el debate “Proyecto Ciudad”. El Cable Inglés, como lugar de encuentro con el mar. El arquitecto Ramón de Torres resalta el valor estético, el contraste entre el agua y la firmeza de la estructura metálica, representa como ningún otro monumento lo que supuso la industrialización del Sur de España. El historiador Andrés Sánchez Picón (IEA) defendió la unidad monumental: “El Cable Inglés es único y la intervención debe ser global, con la Estación de Ferrocarril y entorno”.
Con la visita a Almería, de Carmen Calvo en 2000, se reafirma el “Proyecto Ciudad”, “el Cable es una de las imágenes espectaculares de Almería y tiene que ser un referente cultural para la ciudad”. Se plantearon varias ideas: Museo del Siglo Minero, Centro Andaluz de la Fotografía, Mirador, Restaurante, Tren lúdico, Zona de tránsito peatonal, Centro de interpretación de la minería almeriense.
Y en 2001 se procedió al vaciado de sus tolvas con unas 3000 toneladas de residuos, requisito previo para proceder a su rehabilitación.
Ya en marcha 2022, el Cable Inglés vive todavía para contarlo.
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