Almería tiene artistas en las afueras a pesar de que residan en el corazón de la ciudad. Y es que aún la vanguardia parece hallarse en los suburbios. Sin embargo, es tan antigua como el principio de la humanidad, o lo que es lo mismo, como los inicios del arte. Miguel Parra-Uribe es un corazón de vanguardia. Residente del habitar, del sentir, del pensar. Residencia de la creación. Pero es curioso comprobar cómo el arraigo en la vanguardia brota desde las raíces del arte clásico. Tal es la performance acción-poesía “Ángel Visceral” que Miguel presentó en el año 1999 en tierras leonesas. El ángel es el mensajero, el que comunica entre los diversos dioses. Se trata de un acto poético inspirado en el mundo griego, en la mirada del ser humano desnudo, tal como somos. Ahora las fotografías de esta acción-poesía se exponen en las paredes del recién estrenado Centro de Poesía Visual de Berja y lo harán durante diez años para todas las personas que deseen acceder a ellas. En el año 2002 se publicó en la revista Attonitus, de la región murciana. El Ángel indaga humildemente en la naturaleza humana embutido en un montón de vísceras de origen animal. Los artistas a veces acuden al matadero para adquirir la materia prima. Lo hacían los clásicos, tanto escultores como pintores, para conservar los pigmentos, o como técnica de acabado. Hoy día algunos siguen empleando una vejiga de cordero en lugar del pincel en las encarnaciones de sus tallas o cuadros.
En este camino de ida y vuelta, el “Ángel Visceral” que Miguel Parra-Uribe nos ofrece en su acción poética, entronca con los ángeles de los griegos. Es el “angüelos” heredero de la hija de Hermes, el mensajero de los dioses. Esta vez la propuesta artística envuelve al ángel en un montón de vísceras infladas como globos. En la presentación de la donación por 10 años, al CPVB, a cambio del valor simbólico de 1 euro, Miguel nos comenta, advirtiéndonos, que no es tampoco el creador de una obra, quien encuentra todas las derivadas o poéticas que puede desprender esta: “quizás se trate de una indagación humilde de la naturaleza humana. No dejamos de ser un animalito más, como cualquier otro. Nuestra diferencia ha sido la encefalización, la capacidad de pensar y expresarnos mediante el lenguaje, el mundo de la poesía. Un mundo que nos ha salvado, nos ha permitido sobrevivir, hasta ahora. La acción habla de ese concepto de la naturaleza, pero habla también de la complejidad de lo humano, de donde surge lo poético”. Expone sin eufemismos nuestros adentros más internos, lo que nos pasa desde el ombligo hasta el intestino, allí donde se produce la risa o sobreviene la náusea.
El pasado día 6 de marzo, Miguel, y el director del Centro de Poesía Visual de Berja, Francisco Escudero, hablaban de “el milagro cultural” que se lleva asentando en Berja en los últimos años, con la acción y el trabajo plural y el incentivo vecinal para asentar una realidad creadora actual y viva. La poesía visual y las artes de acción han conquistado por mérito propio un lugar y un tiempo en nuestra provincia. Lo ha hecho en un pueblo a las puertas de la Alpujarra. Artistas de la performance como Miguel Parra-Uribe, no surgen de la noche a la mañana. Es una vida dedicada a la creación en todas sus manifestaciones y con el bagaje de los grandes creadores: Joseph Beuys. Wolf Vostell, Nam June Paik, John Cage, Juan Hidalgo, o mujeres como Valie Export, cuya propuesta antibelicista sigue tristemente en vigor, son nombres necesarios y de rabiosa actualidad para quienes deseen adentrarse en las corrientes que Miguel nos propone. Tal vez nombres que nos suenen de nada, aun habiendo pasado a la historia del arte tras la Segunda Guerra Mundial. ¿Culpa de nuestro provincianismo? ¿De guarecernos en este rinconcito de confort y distancia? No hay que conformarse con lo consabido. Abramos las entrañas, busquemos nuestro “Ángel Visceral” haciendo, en sentido literal, de tripas corazón.
Ángel Visceral, iniciativa de acción, poesía y lenguaje, para atajar el Horror Visceral.
Acerca de la complejidad de nuestra condición humana, de homínidos evolucionados, portadores de una peculiar amalgama, curioso cóctel, de conocimiento, inteligencia, anestesia emocional, lirismo conceptual, crueldad, violencia, debilidad gregaria, impulsados por y hacia la supervivencia primaria.
¡Qué esta no nos robe, como sucede, la Paz!
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